Santiago López Castillo

El mocoso que habla de ‘indignidad’

El mocoso que habla de 'indignidad'
Santiago López Castillo. PD

Con motivo del pacto de investidura del PP con Ciudadanos, el cara de pánfilo Errejón, asambleario con brocha de pintadas de facultad, lo tilda de «indignidad». En columnas anteriores califiqué la negociación de claudicación del PP, pero no tenía más remedio o de lo contrario seguiríamos jugando a la «ruleta rusa». Es curioso que quienes pierden las elecciones se erigen en salvadores de la patria, en los más éticos, en la moralidad industrial pero blanqueada de cal. Ellos conciben la «democracia» como única, totalitaria, dictatorial. Todo para el pueblo pero sin el pueblo. Ya lo decía Lenin en su ideario: «Hablen siempre de Democracia y Estado de Derecho, pero a la más mínima asuman el poder sin ningún escrúpulo».

Mequetrefe político Errejón: no se te cae la cara de vergüenza porque no la tienes. ¿Nos debe dar lecciones esa formación política que se alimenta de las tiranías de Irán y Venezuela? Cuyos presos políticos están en las mazmorras por luchar a favor de la libertad, y, encima, ustedes, vosotros, que dicen por nuestro sur, ensalzáis el terrorismo de ETA, gora ETA Askatasuna, Otegui, lehendakari, ya. Muchachito: inoculáis el odio por vuestra ignorancia y vivís de puta madre, joder con la casta política, y sois sobresalientes cum laude en gastos y dispendios y venías a regenerar a España entera, la nación discutida y discutible según el indigente Rodríguez Zapatero.

Tengo que estar de acuerdo contigo -si me sigues permitiendo el tuteo- en que la izquierda es única en prensa y propaganda que supera con creces a la prensa del extinto Movimiento Nacional de la que salieron grandiosos periodistas por la gracia de Dios, dicho sea con respeto al agnosticismo, que, en cambio, es santo y seña y burricie de nuestra sociedad actual. Todo proviene de la incultura que padecen nuestros educandos. Mi amigo Pedro Vera Gallego, que es un hombre cabal, todo un caballero, me cuenta que el otro día acudió con su esposa a visitar el Alcázar de Toledo y que coincidió con un autocar con estudiantes talluditos de instituto quienes preguntaron al profesor: «¿Qué río es éste…?»

No sólo se habla mal y se escribe peor. Lo más triste es la incultura, el desconocimiento. A lo más que llegan es a los cuatro tópicos del aldeanismo; el que fomentan las hordas comuneras e independentistas en su afán de adoctrinar mentes huecas para el desgajamiento de España. Comprendo, señor sectario Errejón, que le produzcan náuseas pronunciar las palabras España y los españoles. Usted a lo suyo: a la revolución. Al separatismo. No es de extrañar que en la región catalana (y digo región) los alienados profesores del soberanismo definan al Ebro como río que nace en tierras extrañas o que la meteorología pronostique que «habrá lluvias en el norte del Estado español…».

Qué error, qué inmenso error, que diría el prócer, transferir a las autonomías las competencias en materia de enseñanza, sanidad y justicia. Recomponer tales desaguisados sería tanto como incitar a la bicha que de por sí es cruel y vengativa. Y lo afirma quien fue nombrado I Premio de Periodismo de la Constitución Española por todas las fuerzas políticas. De nada.

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