O nos conduce a las terceras elecciones o se dispone a entregar el pais a sus liquidadores. No hay otra posibilidad.
Insolente y presuntuoso, capaz de tener al pais en vilo por su propio interés, las razones de Pedro Sanchez son básicamente dos: una ambición personal largamente larvada en el partido y alimentada por el lobby que lo colocó ahí; y el rencor personal hacia algo que en su dia debió considerar menosprecio por parte de Rajoy, hirió su orgullo y le llevó a pronunciar el famoso «usted es un indecente». Rencor que conserva en perjuicio del interés general.
A pesar de ello, cuatro intentos de conversación sin coger el teléfono el ofensor que se consideró ofendido, hicieron que Rajoy ya no buscara en esta segunda investidura un tono de acercamiento y coalición sino de dura crítica.
Después de postularse varias veces para el consulado sin éxito, Catilina hizo acopio del malestar reinante y prometiendo prebendas, condonando deudas y reuniendo a elementos periféricos descontentos decidió que la acción debía llevarse a cabo en varios lugares simultáneamente.
Ahora Pedro Sanchez, con un par, de…»soluciones», ha decidido llevarnos a las terceras elecciones o bien meter a los enemigos de la unidad de España no en el pais, de donde nunca han salido, sino en el gobierno, mientras el país se pregunta donde están esos dirigentes del PSOE que por su indolencia interesada y su omisión del deber de socorro van a terminar de hundir el partido.
Nacido en una familia patricia Catilina militaba entre los populares porque veía en ello una mejor oportunidad de alcanzar poder y librarse de sus enormes deudas. Pero las sospechas que despertaba, hicieron que perdiese las elecciones y Cicerón alcanzase el consulado. No pudo soportarlo, aquel se creía con derecho al consulado y haber perdido, además de la perspectiva de no poder pagar las deudas, terminó por decidirle a tomar decisiones radicales.
A Pedro Sanchez sólo le queda escoger: O nos conduce a las terceras elecciones o se dispone a entregar el pais a sus liquidadores. No hay otra posibilidad.
¿Hasta cuando seguirá abusando de nuestra paciencia?