Santiago López Castillo

¿Qué fue de Demetrio Madrid?

¿Qué fue de Demetrio Madrid?
Santiago López Castillo. PD

Aquí, a lo que se ve, no cabe la presunción de inocencia. Bueno, sí. Según y cómo. La izquierda aplica distintas varas de medir. Si es a uno de sus afiliados, presunción de inocencia. Si es de la derecha, dimisión, acoso y derribo. La prensa contribuye eficazmente a este silogismo. Es lo que se entiende por «la pena del telediario» o pasado por la piedra. Ayer, Soria, Segovia y Ávila, y hoy -desde que Rita es Rita, y no la cantadora- Rita Barberá, se entiende, se la venía acosando con ganas. A este propósito, se me viene a las mientes el caso de Demetrio Madrid, que fue acusado, muerto y sepultado y finalmente absuelto. ¿Y el calvario a que fue sometido?

Pienso que todos los presuntos o investigados (nunca condenados) deberían ser tratados por igual y con el debido respeto y preservándoles el honor hasta que no se demuestre su culpabilidad. A la ex alcaldesa valenciana ha venido siendo objeto de escarnio y lo que te rondaré, morena. Incluso a través de no pocos colegas nuestros a los que la regidora del Partido Popular facilitó más de un programa en Canal 9.

Ha caído en las fauces del sectario socialista Conde Pumpido, fiscal del Estado con Rodríguez Zapatero, el del loden y escopeta de cacería con el no menos sectario Baltasar Garzón hasta que se cayó prevaricando. El magistrado -me refiero al de las togas del polvo del camino- que recusó a Enrique López al Constitucional por argumentar que era proclive al PP. El partido de Rajoy, en permanente estado de complejo y buena educación, por qué no, no ha saltado como un resorte sobre la apertura de diligencias del Supremo mecido en la tibieza, la formación de Génova, me refiero, actitud pasiva que sigue aplicando ante el desafío separatistas catalán.

Rita Barberá, a la que no tengo el gusto de conocer, hizo una gran ciudad, que de por sí lo era, Valencia, con acontecimientos deportivos y recreativos espectaculares por tierra mar y aire. Hoy -a tenor de las descalificaciones socialistas- es poco menos que una delincuente. Griñán y Chaves, en signo contrario, son alma de cántaro, insultando a la jueza Alaya permanentemente llamándole de todo menos bonita y vistosa sí que era y, según creo, sigue siendo.

Todo empezó con los cuatro trajes de Camps. Se montó la mundial. Unos ternos que no son de Armany sino de Maximo Dutti con los que usted se vestía cuando estaba en TVE. Quedó absuelto. Pero el azote socialista-marxista era imparable. Hasta colocar a Tximo Puig al frente de la comunidad exhibiendo su incapacidad de gestión, viva la poltrona populista.

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