VIctor Entrialgo

Pasión de Oviedo según San Mateo

Pasión de Oviedo según San Mateo
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

Oviedo es discreta, vetusta, silenciosa y elegante como una esencia. Conservando la medida del hombre y emplazada en torno al parque de San Francisco, la ciudad alberga, como otras muchas españolas, a unos cuantos okupas, militantes de milicias anticuadas, alguno incluso amigo, que se han instalado en el ayuntamiento y llegadas las fiestas le han quitado al patrón su condición de santo.

Ya no son «Fiestas de San Mateo». Ahora, la corporación te desea «Feliz Mateo». Le han quitado el San. Un asturiano exclamaría «no se puede ser más faltoso».

Calificativo suave y cariñoso, faltoso es alquien carente, al que le falta algo y aún así hace alarde de ello, es tonto con publicidad. No el que puede serlo ocasionalmente y sin querer, sino el que se jacta y vanagloria de su tontuna. Caso extremo y paradigmático de «faltosu» seria por ejemplo Donal Trump.

Quitándole a las fiestas de San Mateo su mero enunciado religioso, los faltosos pretenden cargarse mil años de historia. Pero la «faltosada» todavía es mayor si se piensa que aunque quites el San, seas creyente o «analgésico», Mateo sigue significando «hijo de Dios».

Una horda desconsiderada con la religión e ignorante de la historia puede erradicar la religión con una ordenanza municipal. Pero pensar que por quitar un San, acabas con mil años de tradición es que eres «faltoso». Y el faltoso decía Manolo Avello, insigne cronista de la ciudad, es el que tiene la cabeza encuadernada en rústica.

Estos impresentables que gobiernan, no una, sino muchas capitales de provincia españolas por obra y gracia de votos de castigo sinsustancia, y sobre todo del Partido Socialista, que está bloqueando el gobierno de España, no quieren acabar con mil años de cultura judeocristiana, sino lo que es peor, para los que creen y para los que no, cambiando el cartel de las fiestas quieren cambiar, de un dia para otro, siglos de tradición.

Y para ver cómo actúa esta gente, en lugar de encomendar como siempre el pregón con el que comienzan las fiestas, a alguien de la ciudad, de prestigio, o arraigo, han traido a otro colega ocupa, el alcalde de Santiago,otra de esas personalidades ilustres que gobiernan nuestras ciudades, no por prestigio, sino por carambola.

De Oviedo a Santiago, Coruña o Zaragoza, estamos gobernados por camarillas que están empeñadas en desmontar España. Los pañuelos azules de Oviedo estan siendo sustituidos por los morados. ¿Se imaginan ir a San Fermín con un pañuelo morado? Eso sólo lo hace un faltoso. Lo cual tiene más gracia siendo San Mateo el santo patrono de los contables y contadores de los dineros públicos, esos que esta grey, en su atrevida ignorancia e inexperiencia, están despilfarrando en tonterías.

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