Manuel del Rosal

El miedo de Pablo Iglesias a la «infinita ternura de Irene Montero»

«Seducir pasa por tener una infinita ternura con los nadie, y a la vez, dientes muy afilados con esos que quieren seguir mandando sin presentarse a las elecciones» Ha dicho sin pestañear la portavoz adjunta de Podemos Irene Montero.

Creo que pocas frases dichas por políticos alcancen tal grado de demagogia como esta de Irene Montero. Es falsa, demagógica, hipócrita, falaz, rebuscada, burda. Nadie, absolutamente nadie puede creerse que Irene Montero se haya convertido de pronto en una monja ursulina que derrocha «infinita ternura» hacia los que ella llama despectivamente «los nadie» – ¿ella es alguien? – En cuanto a los dientes muy afilados, le recomiendo que tenga cuidado con morderse la lengua, su sangre puede que le juegue una mala pasada, pues todo el mundo sabe que la sangre de la lengua de los políticos destila el veneno de la mentira y la hipocresía. Se ve y se nota que, en previsión de que haya terceras elecciones, los líderes de Podemos comienzan a pervertir al personal con mensajes contradictorios perfectamente estudiados.

Irene nos quiere seducir. Irene conoce perfectamente el significado de seducir. Hay van dos acepciones: 1) Persuadir a alguien con argucias o halagos para algo, frecuentemente malo. 2) Persuadir a alguien con engaños o promesas para hacer un mal. Y como lo conoce nos quiere, mediante engaños y promesas falsas revestidas con el oropel de palabras como infinita y ternura, llevar al huerto de sus intereses que son los intereses de Podemos. Irene ha dejado por un momento su dureza política para revestirse de hermana de la caridad que está dispuesta a entregarse con una «infinita ternura» a «los nadie». Que los políticos mienten hasta durmiendo, todos los sabemos; que juegan con los instintos más primarios de las personas, también lo sabemos; lo que no sabíamos era que son depositarios de una «infinita ternura». Mire, señora Irene Montero, lo que necesita España y los españoles no es ternura y mucho menos infinita; lo que necesita España son las reformas necesarias para que – de una vez por todas – desaparezcan la desigualdad y la pobreza, para que los jóvenes vislumbren un futuro, para que todos, independientemente de su estatus social y económico, vivan dignamente de su trabajo no de las limosnas que ustedes proponen, y eso no se consigue «seduciendo», pues todo el que sepa lo que es la vida sabe que eso de seducir se resume en la frase: «prometer antes de meter y una vez metido se olvida lo prometido». Seduciendo no «Sor Irene», se consigue trabajando por el bien de los ciudadanos y no por alcanzar el poder, y fíjese que usted y todos sus compañeros del Congreso llevan nueve meses sin trabajar – y lo que te rondaré morena – llevándoselo crudo y sin hacerle ningún asco, mientras los «nadie» lo siguen pasando mal.

Sabemos todos que ustedes los políticos, unos más que otros, son hipócritas e incluso – algunos – carecen de escrúpulos por lo que ya no nos sorprende – al menos a mí – que un día sí y otro también nos desayunemos con frase perversas que pervierten la verdad y hacen hablar a las piedras, pero puedo asegurarle que jamás había visto pervertir de tal forma la palabra TERNURA tan solo por obtener réditos políticos.

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