Al corral de los muertos
(políticos, se entiende)
han llevado al tal Sánchez
unos cuantos valientes
de su propio partido,
el PSOE que fue siempre.
Dimisión o moción
de censura pretenden
en este veranillo
del septiembre caliente.
Que le vaya bonito,
que le vaya de muerte
al chulo pretencioso
que sí se lo merece
por tocino y tozudo,
por poco inteligente,
por enrocado en «noes»
torpes e inconvenientes,
por no sé cuántas cosas
que a la mente me vienen.
Descanse en paz el pueblo
si es que al fin le remueven.