VIctor Entrialgo de Castro

Delicuescencia de la autoridad

Delicuescencia de la autoridad
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

Si hubiera que responder a bocajarro que es lo que lleva pasando en el mundo desde hace tiempo y sobre manera en España, yo sólo encuentro una cosa. Lo que Umbral llamaba un proceso de delicuescencía de la autoridad. De la autoridad legítima. De los profesores, de los padres, de los mayores.

Aquí mandan los monicacos, los mediocres, los que no han trabajado nunca, los que pierden las elecciones, los que nos mantienen en la incertidumbre, los que proclaman referéndum soberanista. Manda un sistema que permite que Otegui y no las víctimas anden libremente por ahi.

Ninguna autoridad es reconocida. Cualquier agrupación de pueblo se cree con el sentido de Estado suficiente. Ningún grupo o facción dentro de un Estado se impone al resto democrática o militarmente y es considerada legítimo. Siria por ejemplo no es más que eso.

En España cada uno quiere un gobierno.48 millones de gobiernos, Aqui los diputaos que pierden quieren quitar al presidente mas votado. Los desesperaos exánimes buscan a última hora agarrarse sus militantes. Los militantes quieren suplantar a sus dirigentes. ¿Quienes deben votar entonces? ¿Los que pagan un recibo heredado o los que desde hace 40 años llevan votando y permitiendo que el PSOE haya jugado el papel que ha venido jugando en España.

Es evidente que en ese ciclo centrífugo/centrípeto en que consiste la historia de España los periféricos ven débil al Estado y se lanzan como alimañas a la yugular, y si no al bolso. Cuando en su dia hubo un gobierno y un régimen dictatorial que no voy a seguir calificando porque no viene al caso, pero que era centrípeto, ninguno de éstos rechistó durante decenios.

Por rechazar el autoritarismo con todas las fuerzas, toda la razón y todo derecho los españoles, nos hemos cargado toda autoridad legítima no sólo política sino social en general, que se han ido evaporado como la sosa cáustica. Por esa razón, han surgido personajes como los que ahora nos ocupan y circunstancias de chantaje como las de Otegui, los podemitas o los soberanistas.

Después de no rechistar durante cuarenta años, los españoles primitivos por irredentos, no perdemos ocasión de cuestionar cualquier autoridad legitima política y social y como consecuencia, ha surgido una Pléyade de mindundis y oportunistas como el que ahora ha obligado a llamar a los bomberos para romper las cadenas con las que se habia atado a Ferraz, que han encontrado su covachuela dividiéndose en tropecientos partidos, tropecientas oportunidades de corrupción. En lugar de limpiarla y corregir los errores, nos hemos pasado, como siempre, al extremo opuesto.

Yo soy español, español, español…..### Yo soy español, español, español….####

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