Una cosa es cierta:
Que haya sido un infarto o un calambre,
En casa o en la huerta,
Hemos visto el fiambre
Del tal Sánchez pasar por nuestra puerta;
Sea pues lo que sea,
Con los pies por delante, a la fosa
Le ha llevado su fea
Terquedad, y la losa
Con el RIP el ponerla es tarea
De sus amigos del alma:
El López, el Hernando y el Luena,
Que, perdiendo la calma,
Es tan honda su pena,
Que del malhumor se llevan la palma;
Habiendo hallado un hueco
En el Psoe, está claro que el seso
Lo tienen más que seco,
Y con la muerte de eso
Que llaman Sánchez, están sin voz ni eco;
Sin meterme en arcanos,
A mí me da, por ser más que evidente,
Que usando pies y manos,
De cuerpo y mente
No se hubieran quedado tan enanos;
La gente se pregunta:
¿Y qué va a ser de estos tres jornaleros?;
Incluso hay quien barrunta
Que, hallándose en cueros,
Acabarán arreando una yunta.