Esta vez Arriola acertó. De perdidos es mejor llegar hasta el final. Porque el rio que nos lleva a las terceras elecciones puede ser el de la purificación de esta política de espontáneos y bomberos toreros, de asaltacapillas y jesucristos superstars, que con la excusa de la corrupción, se han subido a las instituciones con una mano delante y otra detrás.
Mientras, la cola de la tarjeta negra como la del pan, la lucha por el poder en el Partido Socialista y y el Juicio de la Gürtell después de «siete años», eso ya es una pena en si misma, con lo que envejece eso. Unos caras que se aprovechan del descontrol de la financiación irregular de unos partidos que no se atreven a decirle al pueblo soberano cuanto cuesta este reino. Un reino que algunos que lo han arruinado en la periferia siguen fingiendo ignorar que es «indisoluble» e «indivisible». España es esto.
A la puerta de la Audiencia algunos esperan, como en los estadios a los árbitros de fútbol, para hacerles el budú de todas sus frustraciones personales y nacionales, el Auto de fe de la Inquisición y el así te pudras en el talego de algunos envidiosos que seguramente hubieran hecho lo mismo con una tarjeta «de gratis», igual que se cuelan en el futbol o en los toros, utilizan la plaza de parking de un inválido, o van al circo con el carnet de un cuñao.
Por el camino, algunos como Iglesias, sIguen amenazando a los que estén pensando «entregar» el gobierno al partido popular. Pero entregar ¿qué?
Se entrega lo que se tiene. Y que yo sepa ni el PSOE ni menos aun Pablo Iglesias tienen nada, aparte de unos ingresos que antes no tenía.
No es posible ningún otro gobierno que el que está bloqueado por unos cuantos empecinados. Sin nuevas elecciones ese gobierno va a ser muy complicado y cualquier otro gobierno que llaman alternativo o «de progreso», -palabra que no significa nada-, imposible.
Arriola tenía razón. Después de todos los paseos de Sanchez, Iglesias y otros saltimbanquis, con tres elecciones se purificará en buena parte la política de espontáneos, camisetas mojadas y bomberos toreros. Algunos votos ex socialistas volverán para apuntalar el partido, los podemitas los perderán por el camino, se irán algunos palmeros y quedarán los dirigentes viviendo del invento, Ciudadanos sufrirán con la polarización y el Pp, esperemos haya aprendido algo de todo esto.
Uno lo tiene escrito hace tiempo. Volvemos, aunque sea lentamente, hacia el bipartidismo imperfecto. Y ahora, llegados hasta aqui, si el Psoe como parece, no facilita un gobierno de concentración nacional, de perdidos al río.
