La Marea de Pérez Henares

Senda de investidura

Habrá investidura y gobierno. No queda otra. Al PSOE no le queda, desde luego, porque sería consumar el suicidio y, de propina, incinerarse luego. Porque para ellos no serían urnas las del 18 de diciembre sino hornos crematorios. Lo saben y actúan en consecuencia, aunque tienen que tomarse su tiempo, vestir como pueden al muñeco sin perder la compostura al cambiar a la mona de traje. Que es un trago y peor porque Sánchez se les empeño en que no era mona y que el sería presidente cuando no solo no debía sino que para poder debía entregarse amarrado de pies y manos al enemigo de su partido y a los enemigos de España. Ahora toca la pedagogía urgente que no se hizo y la vuelta a la sensatez perdida. Que no es al allanamiento. Abstención, de la manera que sea, no es apoyar nada, sino dejar que algo suceda porque es inevitable y luego desde la oposición combatirlo. O pactar, aunque eso en nuestro país y para nuestra desgracia, es un verbo que no se conjuga.

Pero tampoco le queda otra al PP. Salvo que los socialistas enloquecieran definitivamente y bloqueara la investidura quien únicamente podría forzar las elecciones ahora sería el PP. Y algún canto de sirena ha habido, Lo mismo que bravatas por el lado contrario. Pero eso sería el perder la postrera credibilidad, exhibir una última y definitiva mentira. Y Rajoy ha mandado callar, al igual que ha hecho hacer a los suyos en la crisis del PSOE donde han actuado con exquisitez, y lo ha dejado meridianamente claro. Ha dicho lo que viene diciendo desde diciembre pasado y aun mas desde junio. España necesita un Gobierno y los intereses partidistas deben estar supeditados a ello. «No pondré condiciones al PSOE para negociar la investidura. Lo urgente, razonable y sensato es que haya Gobierno. Ir a terceras elecciones sería un disparate”. Con ello acababan los cuentos y facilitaba a Javier Fernández una tarea en verdad difícil. Pero también inevitable.

Porque vamos a dejarnos de gaitas, de buscarle pies al gato, de escudriñar el hígado de los patos, de embrollar declaraciones, de conspiraciones de tertulia y de soluciones televisivas. Después de lo sucedido en sábado pasado la que queda, si algo de sentido común aún permanece en las escasas neuronas políticas es proceder a que haya Gobierno. Y para mi tengo que lo habrá. El 29 o el 30 de octubre, justo al límite y apurando el tiempo porque antes debe haber un Federal del PSOE y una ronda de contactos. Por cierto que el Rey tiene una próxima semana cargada e intensa. No solo por la fiesta y recepción del 12 de Octubre (una vez más Iglesias haciendo el mangas) sino por una presencia que ha decidido en Barcelona y que es altamente significativa. Tanto don Felipe como doña Letizia asistirán a la entrega del premio Planeta, el más importante de las letras españolas, pero amen de eso que es mucho, el acto mucho más que un premio literario, es un lugar de encuentro de toda Cataluña en ese dia y en esa cena y el impacto de la presencia real exhibe un mensaje inequívoco. Eso será el 15 de octubre. A partir de ese mismo momento comenzara la verdadera danza para completar el baile en el Congreso. Habrá sobresaltos y nos hartaremos de palabras. Pero al igual que lo que no puede ser no puede ser y además imposible lo que es inevitable acaba por caer por su propio e inexorable peso.

El día 1 de noviembre, salvo enajenación definitiva de los contratantes, Día de Todos los Santos, Rajoy ya no estará en funciones. El Día 2 es el Día de los Difuntos pero esa celebración le toca ahora más de cerca de Sánchez aunque sus fieles confían en una pronta resurrección y venganza. En ello andan, pero por el momento y hasta esa procesión de la militancia que lo devuelva en hombros a Ferraz lo suyo es más bien de alma en pena y de Santa Compaña.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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