Es la misma banda que pretende ganar la Guerra Civil y cambiarle el resultado ocho décadas después
Alfonso Rojo, en el diario La Razón, le mete un buen repaso este 9 de octubre de 2016 a todos esos podemitas, separatistas y antisistemas de medio pelo que vienen a reescribir la Historia de España a su gusto y pretenden que el resto de los ciudadanos tengamos que comulgar con esas memeces intelectuales.
Arranca Rojo mostrando su tranquilidad porque por fin los pazguatos de turno hayan dejado en paz la cuna de origen de Cristóbal Colón:
Casi es un alivio que hayan terminado por aceptar que Cristóbal Colón no era catalán, porque no hace mucho y envolviendo el bodrio en las conclusiones de engendros con denominaciones universitarias, reivindicaban como nativos de Cataluña desde al navegante que descubrió América a Miguel de Cervantes, pasando por Teresa de Ávila o Leonado da Vinci.
Esta chusma a la que el atolondrado PSOE de Pedro Sánchez entregó hace año y medio los municipios más emblemáticos de España la tiene tomada con la Historia.
Se centra en la nueva ocurrencia de esos ‘lumbreras’:
La penúltima ocurrencia ha sido proponer que se retire el monumento a Colón, que desde 1888 se levanta frente al puerto de Barcelona. Si esos zopencos, que gobiernan buena parte de las capitales, calientan escaños en unos cuantos parlamentos y hasta aspiran a meterse en La Moncloa, se limitaran a esa clase de chorradas, los despacharíamos con una sonrisa de conmiseración, pero el problema es que están afiliados como socios de honor a esa inmensa cofradía de gilipollas empeñada en que pidamos perdón al mundo por lo que hicieron hace cinco siglos los que cruzaron el Atlántico en cáscaras de nuez y conquistaron un imperio.
Es la misma banda que pretende ganar la Guerra Civil y cambiarle el resultado ocho décadas después de concluida o derrocar violentamente a Franco 41 años después de que el dictador falleciera pacíficamente en la cama.
Resalta que:
Visto desde ese prisma, resulta coherente que Pablo Iglesias anuncie que no asistirá a la recepción oficial que organiza el Rey con motivo del 12 de Octubre.
Si tus afectos están con facinerosos como Maduro, crees que el boliviano Morales es una luminaria a imitar y chalaneas con ayatolás misóginos, es lógico que te produzca sarpullido compartir aperitivo y apretón de manos con quienes se reúnen para conmemoran la mayor gesta jamás protagonizada por españoles.
Y concluye:
Lo único que me choca es el argumento con que el líder de Podemos ha justificado su ocurrencia. El mismo que iba a las herrikotabernas a poner por las nubes a ETA, lloraba por Otegi, usaba un móvil pagado por Irán y anhelar la vida bajo el régimen chavista, ha dicho que no irá al Palacio Real porque estará repleto de «antipatriotas».