La investidura de Rajoy quedó en realidad desbloqueada con la traumática salida de Sánchez de la secretaria general de Pedro Sánchez y el fin de su sueño-y nuestra pesadilla- de un gobierno, presidido por él, claro, delirante y destructivo con Podemos y los separatistas. Este domingo queda certificar la evidencia de que al PSOE no le queda otra no que apoyar, que no es eso por más que se repita, pero sí permitir, porque de entrada eso han indicado las urnas por más que le cabree a Iceta, la formación de un gobierno tras diez meses de bloqueo insensato.
En realidad al PSOE, y de manera ya cantada, no le quedaba otra desde el 26-J. Porque si en la fallida legislatura anterior cabía alguna excusa, tras las segundas elecciones no había más que obcecación y sectarismo. La decisión socialista, como ahora dicen muchos en voz alta lo antes tan solo se atrevían a susurrar por lo bajinis, debió producirse entonces. Y esa es ahora una de las causas de no pocos desgarros internos. Ahora hay que explicar, de prisa y corriendo, lo que debió exponerse con claridad nada más conocerse el veredicto de las urnas. Pero para ello hacia falta talla política y valentía y enfrente, además, estaba Sánchez y un aparato, bunkerizado en un terco No que solo conducía al despeñadero del país y del propio partido, aunque a Begoña le hiciera felicísima la idea de cambiar los visillos de la Moncloa.
Tarde y mal los dirigentes socialistas hicieron a Sánchez caer del burro, porque él bajarse no se bajaba ni a tiros. Mal y tarde lo hicieron, casi en legítima defensa y a la desesperada cuando se dieron cuenta de que Pedro galopaba ya a lomos de pactos secretos y pretendía un plebiscito caudillista que lo blindara, pero mejor es tarde y mal, que nunca. Aunque ahora hayan de enfrentarse a un proceloso camino y atravesar por verdaderos campos de minas y donde no será la más pequeña, sino la que suponga tal vez una batalla definitiva, el intento de retorno del líder defenestrado. Que nadie dude que Pedro Sánchez lleva en ello desde el minuto siguiente de salir por la puerta de Ferraz. Esa guerra que no ha hecho sino comenzar, será cruenta y puede acabar en el definitivo descuartizamiento del socialismo. El PSOE todavía no está a salvo de Sánchez ni está claro que haya logrado sobrevivirle.
Lo tienen mal, de eso no hay duda. Pero no es, ni poca ni mala cosa, que sean muy conscientes de ello. Que asuman que han tenido que elegir entre soluciones a cual más desabridas y adversas. Pero no suicidas, al menos. No letales como era meterse cantando en el horno crematorio de un gobierno okupa o en las urnas ardientes como si en vez de llamas les esperara la benéfica agua de un bautizo. Lo tienen muy duro pero para su fortuna tienen a Podemos. Iglesias y sus tropas están acudiendo, y de que manera, en su socorro.
La espiral en la que los Podemitas se ha metido de hoz y coz, y a la que en realidad han vuelto tras unos arrumacos, aquellos engañabobos de amor, cariño y socialdemocracia que duraron lo que los peces de hielo, ha sido ya esta semana y va a ser en los tiempos venideros el mayor alivio, la mejor razón y el mas claro de los argumentos del PSOE para levantarse, reconstruirse y volver a ser el partido de la alternativa y de Gobierno que durante lustros ha sido. Al PSOE y a España si este desierto sabe atravesarlo con seriedad, cuajo y recta ruta de destino las tempestades estas pueden conducirles a mejores climas y a todos los españoles a épocas más sensatas, productivas, pacíficas y progresistas, de progreso digo. Que es lo contrario de lo que algunos que añoran no se que tipo de sociedad dominada por el fascismo-leninismo, predican. Y pretenden imponer, ya que por los votos no pueden, por la vía de la coacción ayer y mañana ya y si es menester de la forma que se tercie.
Nada, aunque haya sido doloroso, mejor para el PSOE en estas horas de postración y desasosiego, que esa turba a la que no se le caía de la boca el alarido de “fascista” y “terrorista”, enarbolando para completar el cuadro pancartas proetarras, a un Felipe Gonzalez, justo en el mismo lugar donde ETA había asesinado a su amigo Francisco Tomas y Valiente y ante la aula que lleva su nombre. La recua Podemita, de Iglesias, Errejón pasando por Maestre, justificando y excusando la violación de la libertad de expresión, (la diarrea mental de pretender argumentarlo arguyendo tal derecho es soberbia), marca la verdadera “línea roja” de los socialistas con quienes, con mascara unos días y con careta los otros, están destapándose ya de manera muy notable ante la sociedad española. Y ante no pocos de los que les habían votado en el pasado reciente.
Porque la perdida de un millón de votos en las elecciones pasadas, cuando daban por hecho su sorpasso y hegemonía en la izquierda, se achacó a muy diversas causas y como mayor de ellas a la no aceptación de parte de IU de la alianza. Puede que sí, que en un porcentaje. Pero tengo para mí que otro, y muy importante y ahora en creciente continuo es el de quienes simplemente le han visto el plumero, esa patita que están enseñando cada vez más y que pretende convertir cualquier problema en un incidente, cualquier asunto en una confrontación y cualquier diferencia en odio. En eso están y a eso aspiran cuando pretender hacer del Parlamento el escenario de sus gags truculentos o de volver a tomar la calle. O sea a convertirla en su propiedad, a imponernos “su” ley, a intimidarnos y, a la postre a destrozarla e incendiarla. Sin metáforas.
Pues bien, que lo hagan. La democracia sabrá responderles. La de las Libertades, la Constitución y las Leyes. Esa de la que abjuran e insultan apodándola “Régimen del 78, para que huela a franquista. Pero es que, casi, hay que alentarles a que se sinceren de una vez. Así que ¡Animo, Pablo! ¡Vamos, tronco ¡ ¡No te cortes! ¡Enséñanos quien eres! . ¿Para cuando ya la Huelga General, tío?. Ese camino va a ser el mejor antídoto. Como muestra un botón: Los alumnos de la Facultad de Derecho de la Autónoma se han rebelado y han repudiado pacifica y masivamente su actos. Así que nada, Pablete, sigue por ese camino que al final te quedas hasta sin las teles “amigas” como pulpito.
