Santiago López Castillo

El lenguaje de la izquierda

El lenguaje de la izquierda
Santiago López Castillo. PD

El lenguaje soez salpica los oídos. Ya tenemos bastante con nuestros niños que ante cualquier sombra que se aproxime le llaman «hijo de puta». Uno pensaba, después de casi medio siglo en las Cortes, que en el parlamento soberano se respetarían los usos y costumbres ciudadanos, entiéndase buenas maneras. Quia. Aquí se profana hasta el verbo divino, o sea la palabra horadada y encontrada en el templo. Lo digo porque el cutre de la coleta insultó gravemente a los representantes del pueblo, esa muletilla que tanto maneja la «democrática» izquierda, y de forma particular a las huestes de Rajoy: «Delincuentes». El líder del PP, en su réplica, como señor educado que es, no le contestó con un exabrupto sino con el estilete de la fina ironía que hiere más que una navaja de palmo y medio.

Los que tenemos más de dos de frente lo venimos advirtiendo desde que esta chusma sentó sus posaderas en el Congreso. Al que los antisistema tomó por el pito del sereno: tetas fuera, para el nene y la nena; rastas adornadas de telarañas; besos en los morros, pero no les llame usted gays; ni tampoco se lo diga usted al ínclito Liceta, que, ateo, clamaba a Dios, como una loca, para que «tú, Sánchez, nos liberes del PP y de Rajoy», ora pro nobis.

Sánchez, ni aun disfrazado de El Corte Inglés -planta de caballeros- fue el mayor provocador e insultador al entonces y en entretiempo presidente en funciones del Gobierno. Le llamó «indecente». «Víctima del franquismo», según él, e hizo, el sociata, dos carreras gracias al supuesto dictador Franco, que nunca lo fue, como proclaman estos parias de la tierra que viven como Dios y se llevan sueldos de época.

Los talluditos, pero llevando a gala el respeto y la buena conducta, tuvimos una asignatura en pubertad que eran las reglas de urbanidad. Qué ejemplo. Ahora, a la más mínima te dan de hostias o te corren a gorrazos. Los petimetres de Podemos dicen que no insultan sino que nos dan «el jarabe democrático de los de abajo». ¿Sabrán ellos lo que es democracia cuando viven inmersos en la más feroz dictadura? Un comunismo que torturó y asesinó a millones de seres. Y toman la calle, que decían que era de Fraga, y exhiben carteles de este tenor:»falsarios, ladrones, tiranos» refiriéndose a Rajoy y a los suyos.

Y en la algarada -y lo que te rondaré, morena- protestan por tener una reválida en el bachillerato. Y yo, como cualquier bicho viviente de mi generación, tuvimos dos, en cuarto y en sexto, más un preuniversitario que no se lo saltaba un gitano. Hasta hacer una carrera. No es concebible una manifestación porque tengas que estudiar o lleves deberes a casa. Decía da Vinci que pobre del alumno que no trate de aventajar a su maestro. Hoy, afortunadamente, mi generación de Periodismo cumple medio siglo profesional. Y más, si Dios lo quiere. Y algunos somos bien conocidos. Va por vosotros, compañeros.

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