Este fin de semana leía en el Diario El País una carta enviada al director con la que me sentí identificada de inmediato.
El lector hacía una reflexión sobre el «frentismo» que ha instalado Podemos al arrojarse como representantes de la «gente» cuando los votos que le respaldan son poco más de cinco millones y hay otros diecinueve millones de españoles que han votado otras opciones y diez más que no han ido a votar. Se pregunta el sagaz lector sobre como calificar a quienes no votan a Podemos ¿son gente o qué son?.
Y es que la irrupción de Podemos en la vida política ha sido un revulsivo sin duda beneficioso en algunos aspectos pero inquietante en otros. Su discurso pasa por dividir a la sociedad en buenos y malos, buenos son quienes están con ellos y malos o regulares todos los demás.
Creo que se equivocan porque si desprecian y descalifican a los ciudadanos que no les votan difícilmente podrán crecer en las urnas.
Lo cierto es que el frentismo se ha instalado en la política española y a Pablo Iglesias le ha salido un pésimo imitador en Pedro Sánchez.
Vaya por delante que en mi opinión Pedro Sánchez ha actuado con dignidad renunciando al escaño para ser fiel a su compromiso del «no es no» a Mariano Rajoy. En realidad no tenía otra opción que dimitir porque habría sido impensable que votara «no» y luego pretendiera seguir aspirando a liderar el PSOE.
Pero ese gesto podría acompañarlo de un nuevo discurso político en vez de incidir en el error que le ha llevado a su situación actual.
Lo dijo en la rueda de prensa de despedida y lo dice en la web que ha creado para que se le apunten quienes simpatizan con él, y se lo dijo a Jordi Evole en una sustanciosa entrevista emitida por la Sexta: quiere «devolver» al PSOE a sus militantes y hacerlo autónomo del PP.
Tal afirmación es cuanto menos chocante. ¿De quién es el PSOE actual? ¿Acaso ha sido secuestrado? En realidad Sánchez divide a los socialistas en buenos y malos. Los buenos socialistas son los que están con él y los malos socialistas los que le pararon los pies en su pretensión de formar un gobierno con Podemos y los independentistas. Por cierto que en la entrevista con Jordi Evole desveló que había venido manteniendo conversaciones con los independentistas catalanes amen de con Podemos para intentar formar un gobierno, lo cual había venido negando sin despeinarse.
Así las cosas Pedro Sánchez ha decidido en erigirse en el «salvador» del partido volviendo a competir por la secretaria general. Pero no solo eso, sino que se presenta poco menos como un héroe, un mártir sacrificado por los «poderes fácticos» por ser un hombre de izquierdas. Y es que en la entrevista de Evole acusó de su «caída» a sectores del Ibex 35 que contaron con la ayuda de El País, más la de algunos destacados socialistas (apuntaba a Felipe González).
No dudo de que a algunos sectores del Ibex 35 no les guste Pedro Sánchez, pero lo cierto es que a Pedro Sánchez nadie le destituyó sino que él solito dimitió porque perdió una votación en el Comité Federal de su partido. Esa es la verdad.
Verán, yo no tengo carne de profeta de manera que ignoro que va a suceder, si Sánchez ganara las próximas «primarias» se hará de nuevo con el santo y seña del PSOE o si por el contrario ya es agua pasada. De lo que sí estoy convencida es de que un líder político tiene que ser capaz de «integrar» todas las voces, todas las sensibilidades, todas las opiniones que afloran en el debate político dentro de una organización. Y también estoy convencida de que un mal político es el que divide a su partido en dos mitades casi irreconciliables, como ha hecho, y continua haciendo Sánchez, convirtiendo en «malos socialistas» a quienes no piensan como él y o avalan cuanto hace. Ahí quedan sus ataques a la Gestora y de paso a todos los militantes que no le secundan.
Si Pedro Sánchez se empecina en dividir al PSOE estará ayudando a quienes quieren dinamitar un partido con una historia de más cien de años.¡Ah! y a mi me dejo estupefacta cuando defendió con desparpajo que se «cargó» a Tómas Gómez porque este tenía pocas posibilidades de ganar en la Comunidad de Madrid. Sorprende que alguien que ha perdido dos elecciones de manera estrepitosa se atreva a justificar que mandó al ostracismo a uno de sus compañeros de partido porque parecía que no iba a ganar.
Durante la entrevista con Evole no dejo de darnos sorpresas. Por ejemplo afirmó que Cataluña lo mismo que el País Vasco son «naciones» y que así debe de estar recogido en la Constitución. Y ya puestos afirmó que el PSOE tiene que entenderse con Podemos e ir en comandita porque ambos representan a la izquierda. O sea que va camino, si es que vuelve a hacerse con el PSOE, de entregar este centenario partido a Podemos, lo mismo que Alberto Garzón ha hecho con Izquierda Unida. Bueno, pues en mi opinión es mejor que los votantes de izquierda depositen su voto directamente a Podemos a votar a los «podemitas» por partido interpuesto.
No sé que pensaran ustedes pero quizá Sánchez en vez de lanzarse ya a la carrera por recuperar el poder no le vendría mal pararse, y dedicar una cuantas semanas a escuchar otras opiniones y a reflexionar sobre en que cosas se ha equivocado durante sus dos años al frente del PSOE. Lo peor que le podría pasar es que no haya aprendido nada de lo sucedido y en vista de lo que dijo en la entrevista en la Sexta no solo no parece haber aprendido nada sino que se ha instalado en la impostura para justificar sus errores.