Leo que Pedro Sánchez llama desesperadamente y acongojado a la puerta de Podemos. Parece ser que Pablo Iglesias – ante los pucheros de Pedro Sánchez – le va a pagar la gasolina y las dietas en su viaje alrededor de España como si de un nuevo Llanero Solitario se tratara.
El Llanero Solitario es un héroe que cabalga por los polvorientos caminos del Oeste americano para enmendar las injusticias. Montando su brioso corcel, como si de un nuevo Quijote se tratara, lucha contra los molinos (gigantes descomunales y desaforados) de las injusticias. Es consuelo de viudas, salvador de doncellas y desfacedor de entuertos. El llanero solitario es, en definitiva, quien se enfrenta a todo lo que va contra la ley y el orden.
«Desde el lunes saldré a la carretera a visitar las agrupaciones socialistas y escuchar a quienes no han sido escuchados: los afiliados al PSOE y los votantes de izquierdas de este país» Esto dijo Pedro Sánchez al renunciar a su acta de diputado. Pedro Sánchez quiere «reconstruir» el PSOE pasito a pasito visitando hasta el «último» rincón de España. Como el ave Fénix, quiere hacer renacer de sus cenizas al partido que él mismo convirtió en cenizas.
Como un nuevo, moderno, justiciero y progresista Llanero Solitario; Pedro Sánchez, cabalgando su coche por todas las carreteras y caminos de la piel de toro, intentará convencer a todos los de la izquierda para que le apoyen en un nuevo proyecto que tan solo él tiene en cabeza. Ese proyecto, por supuesto – siempre según él – es el único que puede salvar al PSOE porque es el único que aporta justicia y orden, no solo para el partido, sino también para España. No olvidemos que él, Pedro I el Breve; tal como nuevo Llanero Solitario, es el único depositario de las cualidades que se necesitan para ello. Pero este nuevo llanero es terco y falto de la inteligencia necesaria para saber distinguir lo que es bueno para todos de lo que tiene categoría de anécdota. Es intransigente con dureza. Es prepotente. Es fatuo. No se vislumbra en él ni una sola de las virtudes que atesoraba el Llanero Solitario del Oeste americano, y la que menos se vislumbra es la que hacía que no buscara su beneficio, ni su ventura; El Llanero del Oeste buscaba tan solo – ni más ni menos – que implantar la justicia y el orden olvidándose de él mismo y poniéndose al servicio de los demás. Este nuevo llanero que va a recorrer España llegando a todos sus «rincones», tan solo piensa en él mismo y en su beneficio. Nubes de polvo levantará con su caballo mecánico que, cabalgando a 140 Km por hora, atravesará España de Norte a Sur y de Este a Oeste para «escuchar» a quienes no han sido escuchados. Es posible que Pedro Sánchez escuche a los demás, aunque es dudoso, porque él solo se escucha a sí mismo. Tampoco tenemos certeza de que le escuchen a él, de lo que sí tenemos certeza es de que no todos le van a escuchar a él, pues no todos están en la tesitura de apostar por un líder inmovilista, encerrado en sí mismo, que no ve más lejos de sus narices y al que le es imposible comprender que también existe vida más allá de Pedro Sánchez.
El Llanero solitario recorría los polvorientos caminos del Oeste cabalgando en su caballo para luchar por la justicia y el orden. No buscaba el poder, buscaba lo mejor para los demás poniéndose al servicio de quien le necesitaba. El Llanero Solitario eligió la soledad, nadie se la impuso. Pedro Sánchez puede llegar a estar completamente solo y no porque él lo haya buscado, sino porque en su ansia bárbara de poder ha olvidado que, además de sus intereses, sus ambiciones, sus proyectos; existen los de los demás, que pueden no coincidir con los suyos. Pero para esto es necesario estar en posesión de la sutileza y la inteligencia tan necesarias en la vida de cualquier persona, mucho más en la vida de un político.