El 'pelotazo' de Espinar sería casi irrelevante sino se hubiera producido en 2011, en los albores del 15-M, cuando se hundía el mercado inmobiliario y la crisis hacía es tragos
La VPO de Ramón Espinar, ese podemita ‘caviar’ que no se cansaba de repetir que las viviendas de protección oficial no eran un instrumento para hacer pelotazos inmobiliarios, es el punto de partida para Alfonso Rojo quien en La Razón hace un recorrido por todos los chanchullos de Podemos. Arranca así:
Lo primero a lo que se agarran los muy majaderos es al «volumen». Se lo escuché a Verstrynge, que solía marchar en cabeza en los escraches de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y que además de 8 apartamentos para alquilar a los estudiantes, posee casa de postín en Madrid y un«pied-à-terre» en París: «En España hay casos más lacerantes que el del piso de Ramón Espinar».
Apunta que:
No seré yo quien le recuerde al profesor Verstrynge que la importancia social y política de los actos tiene bastante que ver con la identidad de quien los protagoniza y que el asunto del tamaño suele corregir se con el tiempo. Echen un vistazo a la hemeroteca y comprobaran que bastantes de los que andan pillados en la Gürtel fueron en sus tiempos mozos se libraron de la mili alegando que eran estrechos de pecho, y que entre los atrapados por los ERE abundan lo que hace tres décadas descubrieron la lubina a cuenta del contribuyente.
Asegura que lo de Espinar no sería noticia si se hubiese producido fuera del 2011, en los albores de los del 15-M, esa panda de zarrapastrosos que exigían una cosa con la boca pequeña, pero luego por detrás recibían pisos que vendían con buen beneficio:
El ‘pelotazo’ de Espinar sería casi irrelevante sino se hubiera producido en 2011, en los albores del 15-M, cuando se hundía el mercado inmobiliario, la crisis hacía es tragos y el ahora portavoz de Podemos en el Senado escribía que él y los suyos eran hijos de los obreros que la derecha española no pudo matar. En aquella etapa, su ‘superviviente’ progenitor estaba de Consejero en Caja Madrid, dedicado a fundirse 178.400 euros con una tarjeta black.Y a hacer chapuzas con un «camarada» de partido, sindicato y entidad bancaria, quien por ser alcalde de Alcobendas, le facilitó el acceso a unos pisitos de protección oficial, que salían regalados. Con ese paraguas, Espinar junior se levantó en 9 meses 30.000 euros del ala.
Insiste Rojo en que:
Basta hacer números para concluir que la inversión no pudo ser más rentable: un 20,5% de revalorización y contracorriente, porque se desplomaban los precios. Habrá quien alegue como Verstrynge que es un hecho aislado y que no se puede convertir la anécdota en categoría. Aislado tampoco: Pablo Iglesias se embolsó más de 100.000 euros iraníes y vive en una vivienda de VPO. Monedero cobró 450.000 euros chavistas por la cara. Echenique pagaba en negro a su asistente. Errejón disfrutaba de becas por no hacer nada. Tania Sánchez contrató a su hermano con dinero público…
Y sentencia:
No hay que ser Premio Nobel para adivinar lo que haría esta tropa, que ni se pone colorada, si un día pueden meter de verdad la mano en la caja. En lugar de convocar a las barricadas, como manda el manual del progre oficial, se tiran en masa a las mariscadas. Y a cuenta nuestra. Ni lo duden.