Fermín Bocos

El «Trumpetazo»

El "Trumpetazo"
Fermín Bocos. PD

Lo que parecía imposible se hizo realidad. Frente a todos los pronósticos, Donald Trump será el próximo presidente de los EE.UU.

El político antisistema, el empresario y «showman» que se hizo famoso en la televisión ha derrotado a todos. A Hillary Clinton, pero también a Barack Obama que se implicó con tenacidad en la campaña. Derrota a su propio partido tras enfrentarse a las vacas sagradas republicanas hasta el punto de que los Bush anunciaron que no le votarían.

Ha derrotado a los sociólogos y demás expertos en demoscopia. Salvo la de Los Angeles Times, todas las demás encuestas fallaron. También se equivocaron a uno y a otro lado del Atlántico los principales medios de comunicación: periódicos, canales de TV, periodistas y analistas. Ha derrotado a todo cuantos se le han puesto por delante. Y según los primeros análisis lo ha hecho presentándose como un candidato que dice no ser político y con un discurso populista que roza el surrealismo. Al vencer a Hillary Clinton ha derrotado cuanto significaba Obama. El primer presidente negro de los EE.UU. será sustituido por un personaje que se proclama abiertamente racista y xenófobo. Todo a su alrededor desafía la lógica. Pese a su perfil misógino y acosador , según un estudio de la CNN, el 53% de la mujeres blancas le han dado su voto a pesar de sus proclama xenófobas contra los emigrantes ha vencido en Florida, estado en el que los latinos son mayoría. Tiempo habrá para saber por qué el mismo país que en las dos últimas elecciones dio la victoria a Barack Obama y con él a un discurso político social, cosmopolita, civilizado, y multilateralista en ésta ocasión ha optado por el reverso de esos valores. Trump quiere liquidar ese modelo. Habla de liquidar el «Obamacare», el seguro médico asequible; quiere bajar los impuestos a los más ricos y congelar el salario mínimo (está en 7,5 dólares la hora -su rival proponía subirlo hasta 12) y, pese a ello, millones de trabajadores pobres le han confiado su voto. Ha sabido conectar con los miedos de las clases sociales más pobres e iletradas. Su discurso populista no resiste el contraste con la realidad. Reconoce su ignorancia en política internacional, pero les ha dicho a sus votantes -y le han creído- que recuperará la grandeza de los EE.UU. ¿Cómo? No lo ha dicho. Les ha dicho que todos podrían hacer realidad el «sueño americano», pero tampoco ha dado pistas sobre cómo pretende conseguirlo. Su discurso de aceptación de la victoria se parecía más al final de un «reality» de televisión que a las palabras que cabía esperar de quien a partir de enero será el hombre más poderosos de la Tierra. Ya digo: lo que parecía imposible, ya es una realidad. Nada será igual en el mundo de la política tras el trompetazo de Trump.

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