La Marea de Pérez Henares

El enemigo público nº 1

La izquierda española ha encontrado un maravilloso enemigo. El enemigo público nº 1. El malo malísimo del mundo mundial. Un leviatán con el pelo teñido de zanahoria.Muy especialmente las tropas podemitas y sus terminales mediáticos por redes, radios y televisiones van a tener en Donald Trump el más socorrido objeto de todos sus ataques, chistes, caricaturas y odios. Están enfadadísimos pero, en realidad, les estaba haciendo mucha falta. Les viene al pelo vamos. Esa Irene Montero declarándole la guerra y amenazándole con su furia resulta verdaderamente enternecedor. Me recuerda a aquel columnista de ABC, cuando ella no había aún nacido, cuando desde su columna escribía “por tercera y última vez advierto al Kremlin…” Y el Kremlin temblando, claro.

Los Wyoming, Estado que por cierto le ha votado en masa, “rojosvivos” (conste que acudo al programa desde el primer día y con libertad plena, hay que decirlo) y toda la pléyade de opináticos ungidos por la esencia de lo progre van a tener en el nuevo presidente norteamericano el filón inagotable, la veta de oro más preciada y el mas caudaloso manantial para sus frases más punzantes, sus más ingeniosas burlas y sus alegatos más encendidos. Y a fe que el personaje se presta a ello. Puede incluso, no por nosotros, sino en lo referente a su propio país que incluso lo busque. Porque algo ha influido en su triunfo precisamente esa constelación planetaria de estrellas atacándole y ridiculizándole que en más de uno ha provocado el efecto contrario al buscado.

Algo así puede acabar por suceder por nuestros lares. Que toda esa avalancha de improperios de tan señeros y muy definidos enemigos consiga que quienes no le tengan ninguna simpatía acaben por cobrársela. Ya está pasando, amen de aquellos de quienes acuden prestamente en socorro del vencedor. Y mas cuando lo alcanzado es el poder del país más poderoso del planeta. La cosa va a ser de mirarla y de hecho ya es digna de estudio. Sin ir mas lejos ya ha habido digitales criticando ácidamente a Rajoy por haberle enviado una felicitación por su victoria. Supongo que su consejo era que le hubiera puesto un tuit retándole a un duelo, como la citada Montero.
Trump contiene todos los ingredientes para un festín de críticas y hasta para un akelarre de demonizaciones, desde el dedo gordo del pie hasta el pelo, desde la xenofobia al machismo, desde la plutocracia mas agresiva al populismo más grosero, pero resulta que en Estado Unidos le han votado. Y si algo nos han enseñado desde allí, tanto la Clinton como Obama es a asumirlo y tirar de democracia y patriotismo para superar el trance. Ponerse a hacer inmediatas manifestaciones contra él con las urnas aún calientes resulta un algo poco democrático y más bien un tanto ridículo y melancólico. Habrá, digo yo, que esperarse a sus acciones y hechos como gobernante y, ahí sí, darle toda la respuesta y con toda la contundencia necesaria si convierte algunas de sus soflamas y amenazas en realidades. Que miedo da, desde luego, pero que también habrá que ver si las consuma o si le dejan. Que en EE.UU. Aunque va a mandar y mandar mucho y estar controlado Senado y Congreso por los republicanos tiene sus controles y lineas rojas que no le van a permitir traspasar. O eso esperamos, aunque en prevengan.

Pero no deja de resultar un poco curioso que se desgarren las vestiduras quienes practican, aunque sea desde las antípodas ideológicas, no muy diferentes modos y maneras. Porque no crean que se diferencian tanto en los mensajes y soflamas y hay quien ha recuperado una consigna de Pablo Iglesias que se parecía como dos gotas de agua a otra del enemigo de referencia. Los populismo y los caudillos, amen de los extremos, tienen estas cosas. Que se tocan.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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