Victor Entrialgo de Castro

El Mago de Oz y los espantapájaros

El Mago de Oz y los espantapájaros
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

La rebelión del niño Trump y de los niños Podemos en su verano azul es la búsqueda de un reconocimiento que, por las razones biográficas que sean, no han logrado y buscan ahora llamando la atención, lo mismo en la calle que en el Parlamento. Lo mismo durante las sesiones, que ausentándose de ellas.

Y cuando no se obtiene el reconocimiento positivo, se busca el negativo, a través de la provocación, la excentricidad, el terrorismo, las adicciones, la revolución, la coz o la espantada. Y así, problemas que nacen en otros ámbitos, los sufrimos todos. Quizás si las comprendiéramos podríamos enfrentarlas mejor, pero pocas cosas pueden llegar a resultar más peligrosas que un grupo de rebeldes fatuos e impertinentes que confunden su causa.

Como en esos cuentos para niños que dan miedo, Donald Trump, personaje trágicómico, sigue el camino de Berlusconi y tantos otros ogros gigantes de hojalata a los que algunos que se sienten desprotegidos deciden confiar el poder y si es preciso sus vidas. Eso ya pasó antes y terminó en Holocausto.

Todos hemos comprobado en una circunstancia de necesidad, pasión o dolor que, cuando no tienes otra cosa, te agarras a espantapájaros y muñecos con la nariz de zanahoria o letras en la camiseta que sin ninguna experiencia política o sin haber trabajado nunca se instalan en la política con la excusa de ahuyentar a los pájaros. Son el niño Trump o los Harrypotters de Podemos, magos que no pueden crecer, a los que votan ciudadanos cabreados o temerosos.

Espantapájaros sin cerebro, hombres de hojalata sin corazón y leones cobardes van en busca del Mago de Oz para conseguir los que les falta. Pero finalmente el mago termina confesando que les engaña porque es un nombre normal que llegó a Oz en globo y sólo usa trucos de ilusionista para parecer un mago. Aprenden entonces que si no puedes encontrar el deseo de tu corazón en tu propio patio, es que nunca lo perdiste realmente.

Y el Mago de Oz termina apelando a la inefable sensación de bienestar de estar en casa, a salvo del terrible mundo exterior, en los USA de Trump o en las Mil y una Naciones que Podemos descubre a cada paso. Pero ¿Qué casa? se ha preguntado brillantemente Garcia de Cortázar en la tercera de ABC. Porque la Casa en la que todos convivimos hoy es la construida por todos durante la Transición, y vosotros la estáis incendiando.

Estos magos que vuelven cantando bajo el arco iris a refugiarse en el Parlamento para luego ausentarse de él, van por ahi declarando naciones porque les sale del serrín de su magín, dando coces y llamando cansinamente la atención.

En este momento en que estos espantapájaros han perdido el tranvía del poder que buscaban para conseguir el reconocimiento que les falta en su biografía, asistimos a su nueva estrategia de divide y vencerás, creando naciones allá donde van, no por que crean en ellas, sino porque esa es la estrategia que han diseñado para conquistar España. Dividirla.

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