Si se le pega a un perro se le llama maltrato animal. Si maltratas a tu pareja se le llama violencia de género. ¿Qué nombre debería dar esta sociedad a la muerte de niños a manos de sus propios padres?
El pasado domingo día 20 se celebraba el Día Universal del Niño, uno de esos días que la sociedad y los organismos internacionales se inventan para tapar sus vergüenzas. En mi anterior artículo escribí sobre tal acontecimiento y la nula eficacia del mismo para miles y miles de niños que son explotados sexualmente. También se cuentan por miles los niños que en todo el mundo son explotados laboralmente, pero hoy quiero escribir sobre otros niños que también están en desamparo a pesar de que todos los años se celebre «El Día Universal del Niño». Estos niños no viven en la penuria de un país del tercer mundo, viven entre nosotros: son los niños «no deseados» que son eliminados antes de nacer, nada más haber nacido por maltrato o que viven absolutamente ignorados y abandonados por sus padres.
Recientemente ha habido dos casos de maltrato infantil en dos niños de meses por parte de sus padres en Málaga. Raro es el día en el que no nos desayunamos con la noticia de un niño abandonado por sus propios padres durante días y meses en una habitación que más parece una pocilga, dejado dentro del coche a temperaturas de calor insoportables para irse de copas, maltratado desde su nacimiento, desnutrido en otros casos y muerto como resultado de continuas palizas. ¿Qué está pasando en las sociedades modernas y de progreso hasta la náusea para que sean los propios padres los que maltratan, desamparan, abandonan y matan a sus hijos? Yo creo que los organizadores del Día Universal del Niño deberían mirarlo. Se habla y mucho en estos tiempos de los «hijos no deseados» Yo me pregunto cómo un hijo puede no ser deseado cuando un hijo nace del amor. – Y te crees Manolo – me dice un amigo – que todos los hijos nacen del amor, muchos nacen de «un accidente biológico provocado por un intercambio de fluidos corporales entre un hombre y una mujer a los que se supone responsables de sus actos»- Bien, pero nada, absolutamente nada puede justificar que unos padres maltraten, abandone o maten a su propio hijo por muy «no deseado» que sea. Además, existen instituciones donde pueden ser entregados. Entonces ¿qué es lo que lleva a los padres a dar tanto maltrato a sus hijos que, en algunas ocasiones, les conducen a la muerte? Entre otras cosas, hay en todos ellos una carga tal de egoísmo que les impide pensar en nadie que no sea ellos mismos y ven a ese hijo, no como un ser humano que acaba de llamar a la vida, sino como algo que les va a impedir vivir sus vidas tal y como ellos quieren vivirlas. Cuando unos padres se comportan así se suele decir que son como animales, pero se equivoca quien eso diga; los animales no proceden de esa forma con sus hijos como veremos a continuación.
«China» es una perra de campo que se ha hecho famosa en Argentina por lo siguiente: «La mujer atraviesa decidida la gélida noche y, tras parir una niña, la abandona en un descampado cercano a una finca situada en Abasto, ciudad a 55 Kms. De Buenos Aires. Si no se produce un milagro, la niña morirá por hipotermia. Una perra de campo que husmea por allí, llevada por su instinto, descubre a la criatura y sin dudarlo ni un momento la coge con su boca sin hacerle ningún daño y, tras recorrer 50 metros, la deposita bajo el cobertizo de chapas y madres viejas que es su vivienda. La acomoda junto a los seis cachorros que acaba de parir par que reciba el calor de sus cuerpos.
Pero el repentino llanto de la niña pone nerviosa a «China» que empieza a dar vueltas y a ladrar fuertemente. Ante el escándalo y en plena noche, Fabio Anza, dueño de la finca se levanta, se acerca a «China» y esta le lleva hasta la llorosa y aterida niñita. Llevada al hospital la sacan de peligro y comprueban que es una niña perfectamente sana de casi 4 kilos de peso». «China» se ha hecho famosa en Argentina y todos los medios de comunicación la quieren firmar y fotografiar, pero ella une a su instinto maternal el no ser vanidosa y, sin entender tanto alboroto, ladra a las cámaras y se enfrenta a los reporteros. Esto sucedió en 2008; hoy la niña que su madre condenó a morir de frío es una niña de 8 años sana, fuerte y alegre que tiene toda una vida por delante porque el instinto «animal» de una perra fue superior al sentimiento maternal que, se supone, debe adornar a una mujer.
Einstein dijo: «Mientras exista un solo niño maltratado o infeliz, por favor, no me hablen de progreso» Yo digo: «Mientras esta sociedad no haga nada por esos niños maltratados, abandonados, desamparados y muertos por sus propios padres, incluso antes de nacer; por favor, no den a un día del año el título de Día Universal del Niño»
Manuel del Rosal