Hay seres cuya suerte es envidiable:
De pobre estudiante, en cuatro días,
El tal Espinar, sin saber por qué vías,
A Jefe de Filas con peto y sable;
Con aspecto de terrier, dócil y amable,
En base a unas extrañas teorías,
Para que acabaran sus agonías,
Alguien le ha debido echar un cable;
Gracias a ello, una VPO
La ha convertido en un gran negocio,
Y de tres cargos se ha erigido adalid;
Si no le paran, ved que este gachó,
Para entretenimiento de su ocio,
Llegará a ser… ¡Arzobispo de Madrid!.