José Luis Gómez

La Constitución, la Oposición e ideas de quita y pon

La Constitución, la Oposición e ideas de quita y pon
Constitución Española

Lo normal es hablar de quita y pon dicho de una pieza o de una parte de un objeto: hecha para poderla quitar y poner, como dice la Academia. O dicho de una prenda de vestir: destinada a sustituir a otra del mismo tipo.

Por eso existe la ropa de quita y pon, tanto que en algunos países de habla hispana hablan directamente del quitapón, aplicado a distintas prendas, una fórmula en desuso en España, como el quitaipón.

De momento, no dice nada la Real Academia Española de las ideas de quita y pon, pero no habría que descartarlo en el futuro. Incluso en el presente, ya que España se ha convertido en un país con ideas quitapón, una nueva tendencia de moda que comparten casi todos los partidos, una vez terminadas las campañas electorales.

La principal idea de quita y pon en España es la reforma de la Constitución, que todos -incluido el PP- han planteado en algún momento, lo cual no es un asunto baladí, ya que se trata de la máxima norma de convivencia democrática.

Con la reforma constitucional -se supone que lo más trascendente que se puede hacer en política- se juega como si fuera un comodín, pero también sirve como cromo de intercambio, lo que denota un escaso compromiso por tomarse semejante reto en serio.

Si los constitucionalistas del 78 hubiesen hecho lo mismo este país no sería hoy lo que es: un país en crisis pero una democracia consolidada con una economía desarrollada, aunque desigual.

Tras ese gran quitapón hay otros de diferentes rangos institucionales y socioeconómicos.

El ejemplo más manido es el quita y pon de las diputaciones provinciales, que compite muy a la par con el quitapón del Senado.

La supresión de las diputaciones ya fue pactada por el PSOE y Ciudadanos pero cayó en el olvido, del mismo modo que la reforma del Senado reivindicada por todos los partidos, si bien algunos plantean directamente su supresión. En realidad el quitapón del Senado es doble: unos hablan de reformarlo o de cerrarlo y otros plantean quitarlo de Madrid para ponerlo en Barcelona.

También hay ideas de quita y pon en la periferia: la más famosa de todas es la mejora del encaje institucional de Cataluña en España como alternativa a la independencia. Según suba o baje la temperatura ese quitapón adquiere o no fuerza en los grandes titulares, que suelen seguir los dictados de la llamada agenda política, que como no podía ser de otro modo suele elaborar el Gobierno. Faltaría más.

La lucha contra la devaluación salarial que trajo consigo la crisis, mediante lo que Ciudadanos llama la reconstrucción de la clase media y trabajadora, es otra idea de quita y pon, del mismo modo que la reforma fiscal propuesta desde la izquierda para conseguir ingresos suficientes para garantizar el Estado del bienestar. Y, cómo no, por ahí sigue el quitapón de la regeneración democrática y la lucha contra la corrupción que abanderan desde Ciudadanos a Podemos pasando por el PSOE.

Con todo ello suele entretenerse Mariano Rajoy, que no se cree ninguna cosa de esas y ve como la Oposición se enreda ella misma. Para Rajoy sólo hay un quita y pon importante: que no lo quiten a él para poner a otro. Y va ganando.

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