Jaime González

Aznar ‘es’ y ‘ex: hay que ver lo que cambia una letra

El expresidente del Gobierno Aznar renuncia a la presidencia de honor del PP

Aznar 'es' y 'ex: hay que ver lo que cambia una letra
Jaime González. PD

José María Aznar ha renunciado a la presidencia de honor del PP para mantener su «independencia» después de que FAES se desvinculara recientemente del partido. El argumento es sorprendente, porque si por algo se ha caracterizado Aznar es por mantener su independencia y pronunciarse con total autonomía, incluso llevando su derecho a expresarse a las cotas más altas y libérrimas, a ese espacio donde solo unos pocos pueden moverse sin temor a salirse de los márgenes de la oportunidad o la prudencia.

Ha dicho cuanto ha querido y en cualquier circunstancia que le pareciera propicia o necesaria, sin menoscabo alguno ni limitación aparente, lo que significa que hizo el más amplio uso de su libertad para discrepar de las líneas esenciales del Gobierno de Mariano Rajoy y del partido.

Si Aznar abandona la presidencia de honor del PP para mantener su «independencia», es dudoso que pueda disponer de mayor capacidad de maniobra para decir algo más de lo que ha venido diciendo hasta ahora.

No ganará ni un milímetro de independencia, por la sencilla razón de que ya la tenía toda. Y sus palabras seguirán teniendo la misma repercusión por una cuestión obvia: cuando habla Aznar, lo hace el expresidente del PP y del Gobierno, no un simple militante de base.

La cuestión de fondo no es esa, sino lo que piensa Aznar del PP de Rajoy en relación con algunos de los problemas críticos a los que se enfrenta España y su estrategia ante el desafío soberanista en Cataluña.

Al expresidente le puede parecer -a mí también- que el giro en las formas ha sido demasiado brusco y que la voluntad de consenso del Ejecutivo no obligaba a abdicar públicamente de la posición mantenida en su día por el PP en relación con el Estatuto de Cataluña.

Pero ese error no permite inferir una variación en la defensa de valores tan altos y menos susceptibles al chalaneo, como el de la unidad de España. Supongo que tampoco Aznar lo piensa.

Lo que sitúa su renuncia en terrenos más rupestres. Si el PP de Rajoy no se parece mucho al PP de Aznar es porque entre uno y otro han pasado trece años y porque entre Rajoy y Aznar hay sustanciales diferencias de matiz. Las mismas que entre un es y un ex.

Hay que ver lo que cambia una letra.

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