Antonio Casado

El rap Iglesias-Errejón

El rap Iglesias-Errejón
Antonio Casado. PD

La cuestión «técnica» se convirtió en el enésimo episodio de lucha por el poder en un partido político. La «casta» se imita a sí misma. También en Podemos, que es la última fuerza política incorporada a los reinos de la moqueta y el coche oficial.

Una vez hecho el recuento de la consulta a las bases, efectuada so pretexto de «cuestión procedimental», ya sabemos que la derrota dulce de Errejón, o victoria amarga de Iglesias, le baja los humos al número uno y sirve al dos para negociar «de igual a igual», ya sin sometimientos, ante el congreso de Podemos a nivel estatal, convocado para los días 10-11-12 de febrero.

Los procedimientos nunca fueron inocentes. Tampoco lo eran en esta ocasión, aunque en teoría se trataba de defender un sistema de votación conjunta de proyectos-caras, contra la preferencia errejonista (votar proyecto por un lado y a quien lo defiende por otro). En la práctica, todo el mundo sabía que había que apostar en la curiosa pelea de gallos rapeada por Arkano (Pablo Manuel) y Chuty (Errejón).

El sistema de votación conjunta fue visto desde el principio por los errejonistas como un plebiscito encubierto sobre Iglesias. Si los militantes hubieran votado en esa clave (todo el poder para el líder, como Gil Robles en noviembre del 33), el modelo político, ideológico y organizativo propuesto por Errejón se hubiera perdido entre las aclamaciones al macho alfa.

No fue así. El carismático líder topó con la hostilidad de casi la mitad de los militantes. Ganó por la mínima a las tesis errejonistas (41,5% frente a 39,1 %) y ahora los resultados no dan para ejercer el paternalismo epistolar ni perdonarle la vida a nadie. Cierto que su amarga victoria le permite imponer sus reglas de juego. Pero no su proyecto ni sus equipos. No contra la mitad del partido, que defiende otro proyecto, aunque está dispuesto a compartir hoja de ruta y equipo dirigente.

La novedad es que Iglesias ya no podrá hacer de su capa un sayo y, si quiere sobrevivir como secretario general, habrá de negociar de tu a tu con Errejón, que en esas condiciones no se postulará al liderazgo, según ha declarado. Pero podría postularse si en la elaboración del proyecto común y la formación de equipos no se mantiene el equilibrio aflorado en la consulta. Si Iglesias persiste en el paternalismo de su reciente carta a Errejón, el choque de trenes sería inevitable en el congreso de febrero.

Las diferencias son notables a uno y otro lado de la barricada. Ideas o concurso de popularidad, política o teatro, instituciones o calle, Arkano o Chuty, un Podemos amable que no pierda la sonrisa o un Podemos que muerda y de miedo, unívoco o diversificado, jacobino o descentralizado, autoritario o abierto a la pluralidad* Esos son los dilemas de Podemos.

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