Julia Navarro

La decepción

La decepción
Julia Navarro. PD

Ya lo he escrito en otras ocasiones: yo estoy entre quienes se ilusionaron con la aparición de Podemos. Me parecía que Podemos iba a ser más que útil para sacudir la política española, abrir puertas y ventanas y hacer que el resto de los partidos se pusieran las pilas.

Sus líderes, además de querer «asaltar el cielo» parecían dispuestos a ser determinantes para que se arreglaran algunos de los problemas que tienen en la tierra el común de los mortales.

Así que en este 2016 que se nos escapa entre los dedos, los ciudadanos hicieron un gran deposito de confianza en Podemos.

Pero la pregunta que cabe hacerse es qué ha hecho, qué está haciendo Podemos con ese deposito de confianza y me temo que son muchos los decepcionados.

En primer lugar porque en su afán por parecer diferentes a los políticos tradicionales han terminado más preocupados pos sus puestas en escena que por hacer una política eficaz encaminada a resolver los problemas de la gente. Llevar a un bebé al Congreso, «morrearse» en el hemiciclo, sentarse en el suelo del Salón de los pasos Perdidos, no resuelve los problemas reales de los ciudadanos reales. Son brindis al sol que no sirven para nada.

Y luego está la pelea interna no solo por el control del partido sino por los postulados políticos que defienden indistintamente Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, aunque, en mi opinión, no es tanto lo que les separa salvo la estrategia para conseguir el «asalto a los cielos».

Claro que da miedo ver como se tratan entre ellos, y cabe preguntarse si, los partidarios del uno y del otro son capaces de morderse la yugular sin contemplaciones y utilizar las redes sociales para destruir al contrario, que no harán, si algún día mandan, contra aquellos que no comparten sus postulados políticos.

Así que Podemos despide el año con una lucha fraticida en sus filas provocando una profunda decepción entre muchos de los que les han votado creyendo que realmente llegaban a la política para que se produjera un cambio no solo en las formas sino en el fondo.

Yo sigo creyendo que Podemos tiene un papel importante que jugar en la política española pero también que si no son capaces de rectificar el rumbo haciendo política en serio pueden terminar en la irrelevancia.

A los líderes de Podemos no se les debería de olvidar que los ciudadanos suelen castigar en las urnas a los partidos que evidencian sus disensiones pero sobre todo asombra que los «pablistas» y los «errejonistas» se combatan con tanta virulencia porque así será difícil que nadie les compre ningún mensaje de fraternidad. Veremos si son capaces de reconducir su guerra fraticida en el 2017.

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