Ramón Pérez-Maura

Cuando el Gobierno se vuelve peligroso

Me gustaría conocer una estadística fiable que demostrara que a la economía española le han perjudicado nuestros horarios

Cuando el Gobierno se vuelve peligroso
Ramón Pérez Maura. PD

TENER éxito en algunos campos puede convertir un Gobierno en un arma peligrosa. Ser capaz de rescatar la economía española sin necesidad de recurrir a las instituciones europeas, tener más sangre fría que nadie frente a la amenaza secesionista y saber devolver a España al centro de la escena europea son éxitos notables.

Lo malo es que pueden producir una pérdida de las referencias y llevar al Gobierno a creer que puede hacer más de lo que de verdad corresponde a un ejecutivo. El de Rajoy ha dado en los últimos tiempos un indicio preocupante de ese tipo de deriva: su voluntad de cambiar los horarios de los españoles.

Esto de que el Gobierno pretenda regular los horarios laborables, ¿es aplicable a alguien más que a los funcionarios?

Los periodistas seguiremos trabajando en turnos que abarcan las 24 horas del día, la hostelería prestará servicios a horas fuera de las regladas, los artistas trabajarán fuera de esas horas, como los médicos, el personal de los transportes… y entre los funcionarios, los equipos que atienden el gabinete de un ministro o del presidente del Gobierno.

Desde secretarias hasta guardaespaldas pasando por infinidad de personas que complementan la estructura del Estado.

Con frecuencia me encuentro a antiguos embajadores que han estado acreditados en Madrid y tras jubilarse han optado por seguir viviendo en la capital de España en lugar de regresar a Amsterdam, Berlín u Oslo.

No estoy hablando de volver a Uagadugú, Belmopán o Asmara. Estoy hablando de relevantes capitales europeas. Y esas gentes escogen vivir en Madrid o en otras ciudades españolas por la calidad de vida de nuestro país por oposición a la que tiene el suyo.

¿Hay en Oslo peor sanidad pública? Seguro que no. ¿Hay en Amsterdam peores transportes públicos? Ciertamente no.

¿Hay en Berlín peores teatros o conciertos? Con toda seguridad infinitamente mejores. Y ¿cuál es la calidad de vida que tiene España mejor que otras capitales?

Su horario. Ese horario que mantiene las ciudades llenas de vida a las 22,30 horas. Que ofrece restaurantes abarrotados -gracias a una excelente cocina también- y multitud de bares abiertos hasta altas horas. Todo eso moriría si se diese un cambio horario que vaciara las oficinas a las 17,00 y la gente abandonara el centro. ¿Quién iba a volver a llenarlo a las 21,00?

A mí me gustaría conocer una estadística fiable que demostrara que a la economía española le han perjudicado relevantemente nuestros horarios diferenciados de los resto de Europa.

Yo apuesto a que nos han beneficiado. Pero cuando un Gobierno empieza a disfrutar de un mínimo grado de bonanza comienza también a distraerse en iniciativas dañinas. Presidente, por favor, los experimentos con sidra: esto funciona.

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