Salvador Sostres

«Nadal ha emergido desde los infiernos más hondos»

"Rafael Nadal es un espejo en el que tendríamos que mirarnos cuando estemos a punto de quejarnos"

El artículo es sencillamente magistral. El columnista Salvador Sostres se marca este 28 de enero de 2017 una columna en el diario ABC en la que elogia el partidazo magistral del tenista Rafa Nadal en su partido de semifinales en Australia frente al búlgaro Dimitrov, al que derrotó en cinco sets y tras prácticamente cinco horas de partido.

Arranca así:

La metáfora de Rafa Nadal rebasa el tenis y el mundo del deporte en general. Su trayectoria es una lección de vida y cuando más le dan por muerto más arriba resucita. Tal como en la máquina perfecta de su cuerpo no hay espacio para la grasa, en su alma elevada muy por encima del tráfico diario no hay rincones de cinismo y todo es esfuerzo y voluntad.

Valora el esfuerzo del tenista de Manacor muy por encima de las dotes físicas que tiene:

Dios no nos juzga por si tenemos talento, porque a fin de cuentas es Él quien nos lo da o nos lo niega. Lo que Dios observa y valora es qué hacemos con las cartas que nos repartió, y tan cierto es que a Nadal le concedió el don del tenis como que cuando Rafa se encuentre en su presencia para rendir cuentas como todos verá a un chico que usó con respeto, generosidad, brillantez y humildad todas y cada una de sus capacidades, y que ante las dificultades se levantó siempre y luchó como un verdadero hombre hecho a Su semejanza, para continuar iluminándonos con su arte purísimo y ofrecernos algo en lo que creer.

No le duelen prendas en afirmar que Nadal debería ser el espejo en el que mirarnos todos:

Más allá -mucho más allá- del tenis, del deporte y de los focos de la fama, Rafael Nadal es un espejo en el que tendríamos que mirarnos cuando estemos a punto de quejarnos, de ser autoindulgentes, o de tirar la toalla porque nos asusta el reto.

Y destaca como Nadal jamás ha hecho alarde de nada y siempre ha apostado por el trabajo como modo de salir hacia adelante:

Desde infiernos más hondos de los que creemos que podríamos soportar, nuestro héroe ha sabido emerger sin lamentarse, ni exigir favores, ni pensar que se le debe nada ni inventarse inexistentes conspiraciones de fantasmas de ir por casa; y su altura moral, incluso más importante que su formidable potencia física, nos recuerda sin excusa que la libertad es un deber y que son una sola cosa sentimiento y destino.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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