Edurne Uriarte

La ideología de la derecha española

La derecha necesita un complicado equilibrio. Y, sobre todo, una marca identitaria fuerte de la que aún carece

La ideología de la derecha española
Edurne Uriarte. PD

A Rajoy le decían que no tenía carisma. Ahora que su liderazgo es más fuerte que nunca en España y en Europa, le dicen que no tiene ideología. Y que la carencia de aquello que le achacaban como un exceso a Aznar, principios ideológicos fuertes, será un problema para el crecimiento del PP.

Más allá de las contradicciones de las críticas, el debate de los principios tiene mucho más interés que el del carisma. Sobre el carisma, Rajoy ha demostrado que el carisma no te lo da el encanto, sino los triunfos electorales y la fortaleza de un partido unido.

Pero ambas cosas dependen a medio y largo plazo de la consistencia de los principios ideológicos.

O de la identidad, que es lo mismo. ¿Tiene la derecha española una identidad fuerte y representa bien el PP esa identidad?

La buena noticia para el PP es que la clarificación ideológica de Ciudadanos y el fracaso de Vox y de cualquier otra alternativa en la extrema derecha le han dejado todo el espacio ideológico de la derecha. Y aún más importante, toda la identidad de derechas. Ciudadanos siempre rechazó una identificación con la derecha y ahora lo ha ratificado con una apuesta expresa por el centro y lo que llama «liberalismo progresista».

La mala noticia es que nada le asegura al PP que ese partido de extrema derecha no surja con fuerza en un futuro próximo, como está ocurriendo en otros países europeos. Y para vacunarse contra una posible Le Pen le hace falta bastante más que evitar lamentables primarias como las que han llevado a la derecha francesa al desastre Fillon.

La derecha necesita un complicado equilibrio entre las identidades que la configuran, el conservadurismo, el liberalismo y la democracia cristiana. Y, sobre todo, una marca identitaria fuerte de la que aún carece. La tiene, pero más ajena que propia, la que le impone la izquierda con un matiz negativo a la palabra derecha, una marca negativa a la que la derecha española aún no ha conseguido dar la vuelta, sobre todo, porque la oculta en lugar de exhibirla.

Si hiciéramos un análisis de contenido de los usos de la palabra derecha en el Congreso del PP, seguramente la encontraríamos asociada en casi el cien por cien de los casos al concepto centro, centro-derecha. Lo que indica más un problema para asumir la marca que una voluntad de atraer al centro electoral.

Le pasaba lo mismo al PP de Aznar, a pesar de las supuestas diferencias entre el «ideologizado» Aznar y el «pragmático» Rajoy. ¿Principios ideológicos fuertes? En España, no hay principio ideológico más fuerte que la asunción convencida de una marca, derecha, que nadie más tiene. Se trata de la propia palabra más que del contenido, bastante claro en la tradición del PP y de toda la derecha europea.

Y que tiene en España un reto especial en relación con el resto de Europa: la unidad de la nación frente a los desafíos independentistas. Este es realmente el reto ideológico de futuro más complicado para el PP y para Mariano Rajoy, la capacidad para liderar la defensa de la unidad nacional y el patriotismo sin complejos que no es precisamente el llamado patriotismo constitucional.

La izquierda ni quiere ni puede asumir esa bandera, ni siquiera Susana Díaz porque tiene al partido dividido en esto, y está por ver lo que hará Ciudadanos desde ese centrismo que tanto le preocupa no confundir con postulados de la derecha. Ni maternidad subrogada, ni primarias ni siquiera corrupción, los principios ideológicos a prueba de la derecha se jugarán ahí.

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