Victor Entrialgo de Castro

Democracia, forma y fondo

Democracia, forma y fondo
Víctor Entrialgo de Castro, abogado y escritor. PD

No es que la forma sea tan importante como el fondo. Es que es más. En democracia la forma es el contenedor, el cercado para que el ganado que vive dentro de las instituciones no escape a los controles, y que el de fuera no descarríe. Lo que legitima la democracia no es el fondo, sino la forma.

Los ingleses que son costumbres y formas aunque si beben alcohol en lugar de té y están fuera de su país a veces las pierdan, inventaron la democracia moderna y la mayor parte de los deportes para tener entretenidos a sus cuadros militares y civiles en las colonias, como tenemos visto en las películas.

Conquistaron el mundo con cuadros salidos de Oxford y Cambridge con sólo dos disciplinas, el mundo antiguo y los deportes, y en particular el fútbol, un juego al fin y al cabo, que es una cosa muy seria, y que tiene la clave de su éxito, aunque muchos no la reconozcan, en el respeto de sus reglas. El fair play.

El fútbol tiene en pos de un balón fuerza física, técnica, velocidad, alternativas, colorido, plasticidad, los cánticos de los hinchas, nunca caminarás sólo. Todo eso es lo que tiene de espectáculo y de arte.

Cualquiera puede dar su opinión pues hay tantas variaciones, combinaciones y permutaciones que lo permiten. Eso es lo que tiene de matemáticas. Arte y matemáticas, el fútbol es un bachiller completo de ciencias y de letras aunque a veces basten diez para nombrar al árbitro y liberar así la impotencia o la frustración.

Pero lo que lo hace de verdad grande es el respeto de las reglas y de las formas. Cuando los hooligans las rompen, dentro o fuera de los estadios, el fútbol muere.

Lo mismo le pasa a la democracia. Cuando en el Parlamento o fuera de él las formas fallan, la democracia padece. Sin forma solo hay caos y desorden. Sin forma no hay avance y si lo hay es inexorablemente con retroceso. La revolución francesa, rusa, cubana, todas las revoluciones, más tarde o más temprano, tuvieron que dar marcha atrás para meterse en los railes de la forma.

Por eso Podemos, las mareas y los rufianes socavan la democracia. Porque creen que se puede llegar al fondo sin pasar por la forma. Creen que una camiseta en el Congreso es sólo una camiseta. Iglesias, Irene Montero o el del piso de protección oficial no pueden esconder su violencia latente, y como los que votaron por Iglesias en lugar de Errejón son partidarios de saltarse las formas para lograr sus fines, como estrategia del manual del perfecto revolucionario.

De la misma forma que para ETA el fin justificaba los medios, para los de Podemos o los separatistas la ley y las formas son también secundarias, cuando la democracia es justamente lo contrario. No es el fin el que justifica los medios, sino que son los medios los que justifican el fin.

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