Fermín Bocos

El pacto de Versalles

El pacto de Versalles
Fermín Bocos. PD

La cumbre política de Versalles convocada por François Hollande con Angela Merkel, Paolo Gentiloni y Mariano Rajoy como invitados tiene algo de testamento político por parte del presidente de Francia. A semanas de unas elecciones presidenciales a las que Hollande no se presenta ha querido lanzar un mensaje de fe en el futuro de la Unión Europea. Amenazada fuera de Francia por el «brexit» y la mutilación que apareja la salida del Reino Unido y desde dentro por las expectativas de victoria del Frente Nacional de Marine Le Pen. Un partido que quiere acabar con el euro, regresar al franco y de paso, llevarse por delante lo mejor de la UE: la libre circulación de personas y capitales y el tribunal de Estrasburgo. Sería el principio del fin del mejor proyecto político europeo desde la Paz de Westfalia (1648).

En ausencia del Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España conforman el bloque de cabeza de la Unión. Por población, a Polonia le correspondería formar parte de ese núcleo pero la política antieuropea con ribetes de xenofobia que impulsa su Gobierno aleja a Varsovia de las instancias en las que se va a decidir el futuro de la UE. No hay unanimidad a la hora de avizorar qué puede depararnos el inmediato futuro. Alemania, la canciller Merkel, es partidaria de una Europa a «dos velocidades» -que dejaría en la retaguardia a los países menos desarrollados- y en la que el grupo de países más dinámicos tirarían del carro avanzando hacia el objetivo de más integración política. En esta idea, a los cuatro países representados en la cumbre de Versalles habría que sumar Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Con reservas en el caso de Países Bajos dado que el próximo día 15 celebran elecciones y las encuestas señalan como vencedor a Gert Wilders, un candidato xenófobo y anti europeísta.

Al reunirse con sus colegas en Versalles, el gran escenario ceremonial en el que brilló con luz propia aquel gran actor que fue Luis XIV, el «Rey Sol», es como si François Hollande hubiera querido evocar aquel período de paz y relativa prosperidad que vivió Europa tras la Paz de Westfalia. Un acuerdo del que surgieron leyes que estuvieron en vigor en varios países durante algo más de 150 años. El próximo día 25 de marzo se cumplen 60 años del Tratado de Roma del que nació la Comunidad Económica Europea. Allí empezó la mayor aventura política vivida en Europa en las dos últimas generaciones. El objetivo de los reunidos en Versalles es que, como poco, dure otros sesenta años.

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