Jaime González

Tensión Rivera-Rajoy: La del punto 6

Tensión Rivera-Rajoy: La del punto 6
Jaime González. PD

El punto 6 del pacto contra la corrupción suscrito entre el Partido Popular y Ciudadanos contempla la «creación de una comisión de investigación parlamentaria sobre la presunta financiación ilegal del PP», pero no concreta dónde.

Albert Rivera daba por hecho que sería en el Congreso de los Diputados, pero Mariano Rajoy ha encontrado un resquicio en la ambigüedad del acuerdo y pretende que la comisión se celebre en el Senado.

A diferencia de la Cámara Baja -territorio comanche-, la Cámara Alta es terreno conquistado para el PP, lo que garantiza que el resultado de las pesquisas parlamentarias le sea mucho más favorable.

Rivera podrá acusar a Rajoy de tener «mucha cara», pero no de incumplir la literalidad del pacto. En consecuencia, lo que queda claro -al margen de la polémica sobre el tamaño del rostro de Rajoy- es que el presidente del Gobierno tiene muchas más horas de vuelo que Rivera y le ha hecho «la del punto 6» sin despeinarse.

La bisoñez del presidente de Ciudadanos ha permitido al jefe del Ejecutivo aprovecharse de la laguna redaccional del texto y arrimar el agua a su molino sin que pueda reprochársele haber roto las aspas del acuerdo.

Lo que planea por encima de la disputa parlamentaria de ayer es la evidente falta de empatía entre Rajoy y Rivera, diferencias de piel que ambos tratan de soslayar, pero que saltan a la vista de cualquiera.

Y, sin embargo, la sangre no llegará al río por la sencilla razón de que a ninguno de los dos les interesa romper. Es verdad que el caso Auditorio ha tensado las relaciones al máximo, pero más allá del ruido de fondo todo apunta a que el conflicto se resolverá con el anuncio del presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, de dimitir o de convocar elecciones, porque Ciudadanos no apoyará en ningún caso una moción de censura. Moriría políticamente si lo hiciera.

Murcia sirve como laboratorio de pruebas. La relación de pareja PP-Cs pasa por sus horas más bajas.

No hay afecto ni pasión y mucho menos ternura, pero el coste de un eventual divorcio -hoy por hoy- no resulta rentable para ninguno de los dos. Cualquier tercero en liza es peor, de modo que Rivera seguirá diciendo que Rajoy tiene «mucha cara» y este aprovechará cualquier laguna contractual para continuar haciéndole «la del punto 6». Al fin y al cabo, la política es como la vida misma.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído