La Marea de Pérez Henares

La legislatura se decide en mayo

.- Y las urnas pueden estar más cerca de lo que pensamos

Podemos estar mucho más cerca de unas nuevas elecciones de lo que parece. La voluntad de una legislatura larga y en plazo sigue presente en Rajoy pero la realidad de una gobernabilidad imposible puede que en mayo la única solución razonable sea la de ir a las urnas. La piedra angular de lo que vaya a conocer esta en el tejado del PSOE.

La ecuación es muy sencilla. Un retorno de Sánchez a la dirección socialista, amen del desguace de su partido, que esa es otra, supondría la vuelta a la situación padecida durante todo el año pasado. Amen de esa “moción de censura” ya campaneada por Iglesias y a la que Sánchez ha otorgado crédito con la callada por respuesta con los mismos y suicidas mimbres (la connivencia de los separatistas) y aunque ella no se planteara por derecho lo que se alumbraría sería una situación insostenible. No podría alcanzarse acuerdo alguno, ni soñar aprobar un presupuesto y la intención única sería demolición total y sañuda de todo con el Gobierno convertido en un simple “payaso de las bofetadas” sin capacidad de acción ni reacción ni siquiera ante el previsible “golpe de estado” secesionista. A las cosas hay que ir comenzando ya, y de una vez, a llamarlas por su nombre.

Esa cuestión es pues la esencial. Pero hay otras que, aunque menores, es también preciso tener en cuenta. Una de ellas es la cada vez más escasa fiabilidad de Ciudadanos, cuya doble vara, resulta cada vez más evidente y cuyo veleteo encarna inmejorablemente la última declaración de Girauta. Tras andar con ultimátum dimisionarios en Murcia y pactos a tres con Podemos y PSOE de continuo en el Congreso se descolgaba con esto : “Si el juez desimputara al Presidente Murciano dejaríamos de pedir su dimisión”. Y entonces ¿por qué no esperan a esa decisión judicial . Porque si lo hacen dimitir y lo desimputan luego ¿como reparan después el atropello? ¿Qué hace Ciudadanos entonces? . es más, la otra es la dimisión si le abren juicio oral y entonces también asunto concluido.
Con esto en la mano los populares están ahora en compás de espera. Aguantan y aguardan acontecimientos. No pueden exigir ahora pasos adelante a una gestora socialista que supondrían bazas y consignas para el “pedrisco” y además, y precisamente hasta mayo, el Presidente no tiene facultad de disolver las cortes. Pero en mayo si podrá hacerlo. Y si algo sabe Rajoy es medir y marcar los tiempos.
Si el Presidente se viera en la tesitura de un Sánchez redivivo , de una posible moción de censura sobre su cabeza, de una absoluta imposibilidad de Gobierno y con Ciudadanos cada vez más de vuelta a aquellos días, justo hace un año, donde Ribera exigía su cabeza cuando andaba de collera con Pedro, la solución no deseada, la de convocar elecciones, sería no solo la única salida sino la más aconsejable, lógica y menos perjudicial para España. Nadie podría reprocharle el tomar esa decisión aunque sin duda lo harían a coro quienes le hubieran forzado a ella.
Una decisión además, que desde el punto de vista de los intereses partidarios y electorales bien puede favorecerle pues la ciudadanía muy bien puede poner en la balanza la necesidad de una mayor estabilidad y fortaleza cansada de estos puzzles derivados de lo que pomposamente se bautizó con “nueva política” y ha resultado ser vieja que el hilo negro.
Unas elecciones forzadas por el retorno del sanchismo en realidad solo beneficiarían, amen de al PP, a Podemos, que entonces ya sin duda conseguiría, ante un PSOE roto y con discurso subsidiario y mendicante del suyo, el anhelado sorpasso y la conquista de la hegemonía de la izquierda. Sánchez cubriría así su último objetivo “histórico”: el haber acabado acabar con la primacía del socialismo en la izquierda española. El PSOE pues, sería el gran damnificado de la convulsión que él mismo hubiera provocado. Pero tampoco Ciudadanos iba a salir bien parado. Los estudios demoscópicos, a los que siempre y en su caso hay que hacerle rebaja, pero aún más las percepciones crecientes de su acción por ciudades y regiones señalan un deslizante desinfle que puede llevarles a la irrelevancia. Están en el filo de un desplome en escaños. La perdida de tan solo un par de puntos los dejaría en una veintena de diputados.
Nos quedan, pues, por delante unos meses de cierto ruido pero todos con la vista puesta en cuando la nuez se parta. Hasta mayo más que nada lo que habrá será mucha pólvora en salvas.

PD. Nunca tuve duda alguna de que Susana Díaz sería candidata. Lo era desde el octubre pasado.

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Autor

Antonio Pérez Henares

Ejerce el periodismo desde los 18 años, cuando se incorporó al diario Pueblo. Ha trabajado después en publicaciones como Mundo Obrero, Tiempo, El Globo o medios radiofónicos como la cadena SER. En 1989 entró al equipo directivo del semanario Tribuna, del que fue director entre 1996 y 1999. De 2000 a 2007 coordinó las ediciones especiales del diario La Razón, de donde pasó al grupo Negocio, que dirigió hasta enero de 2012. Tras ello pasó a ocupar el puesto de director de publicaciones de PROMECAL, editora de más de una docena de periódicos autonómicos de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

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