Santiago López Castillo

La calle es nuestra

La calle es nuestra
Santiago López Castillo. PD

Qué dirá don Manuel desde la otra orilla cuando las hordas de izquierda le acusaban de la exclusividad de nuestras calles. Ahora, como el diablo no tiene nada qué hacer mata moscas con el rabo. Hale, a la algarada. Al regüeldo. Al insulto. A la puta mierda. A denunciar -dicen, qué morro- las desigualdades sociales, que son un abismo: ellos, los podemitas subidos a la sillita de la reina del Congreso y los pensionistas a ver si llega el mendrugo. Ellos, a llevarse seis mil euros de la Eurocámara y otros tantos del Congreso. Esta era la regeneración. Ah, y a partir la cara de los policías (da un gustirrinín) ya que, encima, hemos revocado la «ley mordaza», vosotros sí que sois mordaza pero insultando hasta por los codos.

Estos pájaros no se detienen. Lamentablemente van a más. Se ponen ciegos de dietas. Recorren la España dividida, que quieren que vuele en añicos y vitorean a los terroristas para que sigan dando mandobles a los servidores del orden público ante la inhibición del Partido Socialista. Está claro, y estoy cansado de repetirlo: hay que dejar el Estado como unos zorros, como si no lo estuviera ya e implantar el anarquismo más absoluto. Por si fuera poco, las fuerzas de ultra izquierda derriban la mal llamada «ley mordaza» cuando el terrorismo hace presencia con furor en Europa. Cuán miserable fue Rodríguez Zapatero que mientras llegaba con Rajoy, supuestamente, a un pacto antiterrorista, él, el indigente jefe de gobierno, negociaba con ETA todo lo que no estaba escrito. ¡Lo que nos podría confesar el faisán con su plumaje de bellos colores!, ¿verdad Rubalcaba?

Y de las toma de calles, el 15 M. Y retrotayéndonos a una fecha crucial, el 11-M, que eso sí fue una tragedia que se guarda en el baúl de los misterios. Entre tanto, en una región España se expulsa de allí a las Fuerzas Armadas que no sólo están dando puestos de trabajo a nuestros compatriotas sino que dan su vida por nuestra seguridad tanto dentro de nuestro territorio como en el extranjero.
Háganme el favor, ignorantes. «Las FF. AA. tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional» (Constitución. Art. 8. 1). Los podemitas, cuyo uniforme despide un olor pestilencial, siguen, pues, en la negatividad de España, añorando las más bellas gestas comunistas. En su periplo de protestas, han ido a visitar la Puerta de Brandemburgo, y no cesarán de añorar el Muro de Berlín. Piedra a piedra.

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