Aunque ciudadanos compite con todos siguiendo una política errática, todavía le queda ahora un pequeño recorrido para acabar en la irrelevancia absoluta después de apurar del mejor modo cómo contradecirse. La contradicción, la incoherencia forma parte del paisaje político porque el político profesional está convencido de que los ciudadanos carecen de memoria, y por tanto difícilmente pueden exigir responsabilidad a sus representantes. En su mayor parte aficionados que han visto multiplicar sus ingresos sin mas mérito que estar en el sitio correcto en el momento correcto. De entre esas incoherencias y contradicciones no es la menor la que ha resultado del voto sobre el monopolio que tiene a su merced el tráfico de mercancías en los puertos españoles. La ley del embudo podemita, el silencio ante los sicarios del islamismo radical a quienes no osan ofender ni criticar, el velo como expresión de la libertad femenina. Resulta más fácil imbuirse de un anticlericalismo primitivo que resuelve a favor de las numerosas y trágicas expresiones del radicalismo musulmán que amenazan con atentados si son excluidos de las subvenciones públicas. La ley del embudo socialista que defiende el monopolio de la estiba, en tanto critican un supuesto capitalismo monopolista de Estado y una banca lanzada a la yugular del ciudadano. Estos podemitas que defienden con uñas y dientes sus viviendas, tan dispuestos a entregar a los okupas, las ajenas.
Todos a una han decidido perpetuar el despropósito, el mantra ciudadano de las minorías, el anticlericalismo podemita, el irracionalismo socialista. Nos queda ver como se resuelve el retorno de la momia sanchista, si emerge o se hunde el susanismo al que el inane y efímero presidente del congreso disputa la secretaría general con singular acierto para el fracaso mas estrepitoso. Con toda probabilidad los presupuestos del Estado que tienen paralizado la ejecutoria económica del país sufrirán el mismo destino que la convalidación del decreto de reforma de la estiba. Lo mismo da que da lo mismo para que empiece la cuenta atrás. Entretanto, Carmena resuelve las políticas de igualdad estimulando el sadomasoquismo lesbiano. Como siempre. Con una mano predica el fundamentalismo, con la otra alienta el sexismo y el desorden mental, y la conversión de la mujer en agujero o vientre. Tanto dá. El Congreso vota preservar la naturaleza del perro al tiempo que destruye la naturaleza humana con aquellas políticas de la transexualidad. Formidable testimonio de racionalidad y coherencia.
El PP necesita tiempo para consolidar la recuperación económica y su propia recuperación, sortear las dificultades que afronta la consolidación del desarrollo económico, y que los tribunales barran la corrupción y limpien al partido de agentes patógenos, se profundice el lavado de cara, y se presenten otros candidatos en las plazas conflictivas. Ha perdido grandes oportunidades con aquellas banderas que ha asumido Europa, la liquidación del esclavismo hipotecario de las cláusulas abusivas, la atribución monopolística al cliente de los gastos en que incurren por interés de los bancos. El cobro recurrente de comisiones abusivas camina a su extinción. La pacata política de protección del cliente bancario desarrollada por el Partido Popular ha dado alas a quienes se nutren de la miseria del ciudadano. El PP sigue en sus trece evitando imponer de forma definitiva la tantas veces reclamada dación en pago por defecto, lo que daría lugar a tasaciones que no fueran hinchadas por interés del prestamista, imponer por ley el régimen matrimonial de separación de bienes, imponer la patria potestad compartida salvo sanción judicial en contra, la extinción de las políticas que extienden la dependencia de unos ciudadanos sobre otros bajo la forma de subvenciones y pensiones de viudedad con cuento. Deben retirarse del presupuesto de la Seguridad Social las políticas piadosas del Estado mientras se deteriora aún más el sistema de pensiones y el sistema sanitario. El PP no puede ni debe esperar a que Europa le enmiende la plana, y le imponga la razón de Estado de la que el PP carece con su estúpida y reaccionaria timidez para poner en valor la defensa del ciudadano.
Y se necesita una ley de protección integral de la infancia que proteja al menor de que se le imponga el cambio de género y sexo sin un consentimiento informado que sólo puede otorgar el mayor de edad. ¿No sería este un motivo para retirar la patria potestad, o es que acaso el deseo de un progenitor perverso no tiene impacto en la formación de un individuo? Una ley de protección del ciudadano para que su vivienda y sus bienes no queden a merced de los okupas podemitas, que administran la estrategia de guerrilla urbana bajo las máscaras anónimas de quienes sabotean la ley, porque viven y crecen del rédito electoral de la violencia. Exterminar a los podemitas que denuncian al propietario ajeno, ese ciudadano que queda a merced de unas leyes que protegen al delincuente, el mismo que debe recurrir inevitablemente a somatenes ejemplares y armados. Este es el alfoz que sostiene la violencia y la apropiación indebida. Como ocurrió con la ETA que movía los árboles cuyos frutos recogía el administrador de la patria vasca, el PNV. En el horizonte próximo resolver el método de usurpación económica del nacionalismo guerracivilista catalán dispuesto a vaciar las arcas públicas y las instituciones del país en una amenaza permanente a la democracia y a la razón. Sólo falta una auténtica alternancia en el País Vasco, y una alternancia en Andalucía para que vuelen por la ventana los documentos que atestiguan la corrupción.
Debe desaparecer ese Estado confiscatorio, con impuestos, multas, y tasas abusivas, indiferente ante la ley y transgresor de la justicia, que no reconoce el mérito, y premia al acosador, laboral, psicológico, infantil y sexual. Y debe desaparecer este sistema perverso de simulación buenista, barato y cobarde de la izquierda que tanto agrada a delincuentes y terroristas, que se silencia ante la opresión islamista. La España laica y demócrata debe prevalecer. Las iglesias podemitas, los sanchistas irredentos, los farsantes ciudadanos tienen sus días contados. La caída será histórica. Antes de los idus de marzo de 2018.