Manuel Guisande

Jueces a los que se les va la olla, caso Cassandra

Jueces a los que se les va la olla, caso Cassandra
Manuel Guisande. PD

En la vida hay de todo; periodistas malos, malísimos e impresentables, como esos penosos voceros de partidos políticos que son incapaces de ver lo bueno y malo de cada uno y se posicionan cuando su labor debería ser estar equidistantes de todos, pero supongo que lo harán porque les pagan para seguir con esa defensa contumaz del PP, PSOE, PODEMOS o lo que sea.

También hay médicos que saben mucho, otros pocos, otros nada y otros que te llevan al otro mundo porque se confundieron de vena o artera o porque se olvidaron el quirófano entero en tu cuerpo. Y entre los jueces, pues igual, los hay que son señores jueces, jueces y juececillos.

Y como ellos interpretan la ley… pues así está la cosa, que a una chica de 21 años, por decir en un twitter una broma de mal gusto sobre Carrero Blanco (que podría ser como mucho, pero muchísimo, un delito de injurias, pero enaltecimiento de terrorismo…) la empluman con una inhabilitación de siete años, mientras al Artur Mas, que pretende separarse de España, con dos años, porque, obviamente, es mucho, pero mucho más grave un twitter que intentar separase de España, vamos, vas a comparar…

Y claro, como yo suelo escribir cosas de humor, pues ando reflipao porque no sé qué hacer, ya que si digo que el Rey es un «caradura» (porque los empresarios mallorquines le regalaron un megayate de 18 millones de euros y por eso veraneó en Mallorca toda la vida) pues igual, por decir «caradura», termino inhabilitado por insultos a la Corona, y no sé también si me amplían la demanda a la Corinna, están tan unidos ambos…

Visto así el asunto, la solución que me queda es, en vez de decir «caradura», escribir «cara dura» porque la palabra «cara dura», con un espacio por el medio, no existe, con lo cual ante el juez que me quiera empapelar puedo alegar como eximente completa que es una frase incoherente.

Y es tal la tesitura en la que me encuentro que voy a enviar un escrito al Gobierno para que me diga qué palabras no puedo utilizar, si entre ellas están todas la que terminen en «eta» o, como soy de Compostela, si puedo decir el «caballo blanco de Santiago», no vaya a ser que interpreten que al decir «blanco», crean que estoy diciendo que Carrero era un equino y me caiga la perpetua.

Preocupado ando, pero mucho, porque el mundo es sí, hay jueces que son de la Audiencia Nacional, y otros, haciendo un símil futbolístico, por lo que se ve, más que de Nacional, son de Regional.

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