Federico Jiménez Losantos

Sorayenstein

Sorayenstein
Federico Jiménez Losantos. XT

Este 25 de abril de 2017, varias facciones de Podemos/IU convocaron una cacerolada ante la sede del partido de Miguel Ángel Blanco para compararlo con sus asesinos e instarle a «disolverse y entregar las armas».

No sé si la gracia es de Zapata, el que dijo que Irene Villa iba a por repuestos al cementerio de las niñas de Alcàsser, se lo susurró a la podemita de Navarra el Carnicero de Mondragón o es cosa del novio de Montero, empeñado en que ocupe el sitio de Errejón hasta en la tertulia de la SER.

Hay tantos podemitas que admiran a la ETA y odian al PP (véase en You Tube a Pablo Manuel en la herriko taberna alabando al Planeta ETA) que la nueva burla a las víctimas del terrorismo puede ser idea de cualquiera. El monstruo de la doctora Sorayenstein ha escapado al control de su creadora.

La pobre tiene tanto poder que no logra abarcarlo. Para tapar la llamada a declarar de Rajoy en el Caso Gürtel, financiación ilegal del partido que pastorea desde 2003, activó el PCDP (Protocolo de Control de Daños del Presidente) y puso en marcha lo que desde hace meses se anunciaba como una teledetención «como la de Rato pero más».

Lo fue, desde luego, y siguiendo el manual: llegada del GMH (Grupo Mediático Habitual) antes que la Guardia Civil y codetención en vivo y en directo. Faltó el acogotamiento de Rato sin estar esposado y por agentes de Montoro, tan improvisados que uno llevaba todavía la etiqueta del anorak nuevo con el letrero «Aduanas».

Pero lo que son las prisas: no contó la doctora con el tamaño de la criatura, que por el noble esfuerzo del juez-pueblo Velasco llegaba a la altura del GMH, el grupo de Sorayenstein que administra a Podemos y que este año ha ganado 140 millones de euros, más que todos los diarios de papel e internet juntos. Y van y le confían el secreto del sumario al GMH. Qué error.

Ferreras tuvo que disfrazarse de rana para ocultar a mauricios, edmundos y marhuendas. Menos mal que, siguiendo el PCDP, Cifuentes ha dicho que eso de «que se entere que no es sólo La Razón sino Antena3, Onda Cero y La Sexta» no era amenaza, qué va, sólo una mentirijilla para engañar a Edmundo.

Y el juez, que no comprobó la amenaza con la amenazada, los desimputó a toda prisa. Uf. Pero ayer, zas, el despacho de Montoro. El PCDP sacó lo de Dancausa pero no da el peso. Hoy tendrán que imputar a alguien más gordo.

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