Guillermo Dupuy

La histórica estupidez de Pablo Iglesias

La más leve muestra de simpatía de Sánchez a este intento de Iglesias de dar el 'sorpasso' al PSOE sin pasar por las urnas sería una bendición para Díaz

La histórica estupidez de Pablo Iglesias
Guillermo Dupuy. EP

El problema para Podemos no es que su moción de censura contra Rajoy esté condenada al fracaso.

El problema es que esta circense y delirante maniobra, a la que algunos tratan de dar algo de sentido al presentarla como una forma de presionar al PSOE en favor de Pedro Sánchez, va a tener de máximo beneficiario a la candidatura de Susana Díaz, sólo superado por el beneficio que del numerito circense podemita podría extraer el partido de Rajoy.

Si hay algo que ha salvado al PP de Rajoy de su insuperable corrupción ideológica -mucho mayor que aquella que copa la atención de los medios de comunicación como si fuera muy diferente a la que afecta a muchas otras formaciones políticas de dentro y fuera de nuestro país- es el hecho de ser percibido como la única alternativa al populismo comunistoide que representa Pablo Iglesias.

Y si hay algo que ha molestado a la militancia del PSOE en el común deseo de desbancar a Rajoy del Gobierno es el confeso deseo de Iglesias de liderar la izquierda en nuestro país y su aun más descarado intento de ocupar las instancias clave del poder, como el CIS, el CNI y el BOE.

Si buena parte de la militancia del PSOE entendió perfectamente los riesgos que entrañaba para el propio partido socialista la alianza con los nuevos comunistas y los separatistas para investir a Pedro Sánchez, ahora serían legión los militantes socialistas que se opondrían a esta alianza para investir presidente a Pablo Iglesias.

La más leve muestra de simpatía de Pedro Sánchez a este intento de Iglesias de dar el sorpasso al PSOE sin pasar por las urnas significaría entregar en bandeja el liderazgo del PSOE a la política andaluza.

No creo que Sánchez cometa el disparate de alentar esta moción de censura que va a brindar a Rajoy -mucho más que a Iglesias- una impagable ocasión de lucirse. De hecho, todavía me cuesta creer hasta que el líder podemita -totalitario de pocas lecturas, pero no de pocas luces- vaya a presentarla.

Tal vez lo haga, pero seguramente será la decisión más estúpida de cuantas haya tomado en toda su carrera política. Pero, en fin, Pablo. Ánimo y al toro.

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