Pedro Calvo Hernando

El momento es fascinante

El momento es fascinante
Pedro Calvo Hernando. PD

Sin que esto sea descubrir América, los días que estamos viviendo pueden ser decisivos para el futuro de España y de Europa, con motivo de las primarias del PSOE y de la elección de Macron como presidente de la República francesa. Me encanta, no lo puede evitar, vincular de esta manera a España con Francia, a Francia con España. Lo vamos a ver en el corto espacio de tiempo que viene con la elección de uno de los tres candidatos a la secretaría general del PSOE y con las elecciones legislativas en el país vecino. Ambos acontecimientos van a marcar aquel futuro y la etapa que ahora viene traerá las claves de lo que vamos a vivir y el descubrimiento de los hilos que relacionen de alguna manera los dos acontecimientos. Desde ahora mismo puede afirmarse que tales hilos existen y que el primero es la estrecha relación de ambos con la definitiva transformación y superación del mapa político-ideológico de Europa, por mucho que sea cierto que esa superación no afecte a Alemania, donde los dos grandes partidos de la derecha y de la izquierda siguen siendo los que eran. Quizá porque ambos han sabido mantener el nivel que otros no supieron o no quisieron mantener.

Lo de Francia es un ensayo para descubrir qué les depara a nuestros vecinos la caída del gaullismo+socialismo como ejes de la vida política durante tantas décadas. El gran país de las grandes lecciones políticas desde el siglo XVIII tendrá ahora que demostrar si continúa a la cabeza del creacionismo ideológico o si se alinea con el vulgo de las naciones normalitas. Bastante dependerá de su acierto en el nombramiento de primer ministr@. Lo va a tener difícil, con un presidente sin gran experiencia ni bagaje político-ideológico, aunque con la frescura de su juventud y su modernidad. Y por delante lleva el título de haber dejado en la cuneta a la líder del neofascismo. Y en España la encrucijada del PSOE es muy difícil y la izquierda reza por Pedro, la derecha por Susana, y nadie sabe ni quiere andarse con muchos disimulos. Y ni siquiera tenemos la compensación de un más alto grado de imparcialidad en el panorama de los medios, o por lo menos de equilibrio. En cualquier caso, el momento es fascinante, la pugna Susana-Pedro es enloquecedora y los españoles se juegan todo o casi todo, en política, a una carta. Dios nos ampare.

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