Juan Pérez de Mungía

El prospecto socialista

El prospecto socialista
Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez (PSOE). PD

Tres candidatos, mosqueteros, dispuestos a batirse en duelo. Sánchez, López y Díaz. Una de ca-da 52 personas se llaman López en España frente 1:56 Sánchez y 1:134 Díaz. Los avales sin em-bargo colocan en otro orden a los aspirantes a matarse. La suerte está echada y todo parece indi-car la victoria de Sánchez. ¿Por qué?.

Díaz no tiene discurso, López es un personaje sin discurso y Sánchez es discursivo, esto significa que la primera parece que dice, el segundo no dice nada y el tercero dice todo y nada, dice y se desdice, cambia de sentido, como las agujas del reloj cuando se trata de ponerlo en hora o cuan-do avanza hacia un futuro incierto.

La decadencia socialista ha tomado cuerpo en Europa, en Italia se hundió, en Grecia desapareció, en Alemania quedan rescoldos y en Francia ha firmado su sentencia de muerte. El destino estaba marcado, las primarias permitieron elegir al peor. En todos los lugares ha existido un ángel exter-minador, un líder caído que ha terminado por sepultar este modelo de partido político. Sánchez no terminó su trabajo, y anunció que un día volvería para rematar al muerto, inmolándose o matando por matar al resto de líderes opositores.

El resultado del desastre, no será más pequeño que el desastre de Annual. Primero cae el gene-ral, luego los mandos, después las tropas y por último el territorio que se entrega y que será con-quistado electoralmente por el resto de formaciones que se repartirán el ajuar electoral. El debate ha sido un fiasco, un dime, un direte. No hay programa, solo un prospecto, una dosis, una fre-cuencia y, por supuesto, las contraindicaciones. Si gana Diaz, el PSOE se hunde, no más que si gana Sánchez y entremedias, ese personaje sin fondo, plano, negociador de ETA, con ETA y para ETA, López el no candidato, ni consenso, ni hostias, un superviviente de la debacle anclado en la política desde que Portugalete y su padre le colocaron ahí, desde que le colocara en la posición Basagoiti y el partido popular. Para luego morder la mano tendida de una sociedad hastiada del chantaje y del asesinato. Así son las cosas, su fracaso universitario le ha permitido llegar a Len-dakari. Ahora pretende vivir del cuento de templar gaitas, como siempre hizo, en el intersticio y el intermedio de los contendientes.

Sánchez va a ganar las primarias y muchos se van a quedar a cuadros, entre ellos, la gestora que verá como ruedan sus cabezas sin contemplación. La integración del sector perdedor permitirá la desintegración del PSOE nacional. La política siempre brinda muertes amargas a los que no han sabido adaptarse a lo nuevos tiempos. El bastión de Al-Andalus caerá en el 19 y ese mismo año, con unas elecciones anticipadas veremos desaparecer el resto del PSOE, no antes sin comprobar el diario de una muerte anunciada en las elecciones catalanas, proemio de la caída, o ¿es que nos va a decir alguien que Iceta tiene tirón?. Se han quedado al margen, en esa margen de las minorías que no quieren cambiar su destino, en ese margen de los que creen en lo público para disfrutar de sus beneficios, cobrar sus subvenciones, y sus rentas.

En este siniestro estado de cosas, los contendientes se anuncian para pronosticar un cambio de fase, desde un estado de enfermedad, a un estado agónico propio de un moribundo. Sanchez ha vendido siempre el fracaso como un éxito. Y se repite la historia del adanismo político de los so-cialistas, entre la razón de Indalecio Prieto y Julián Besteiro, y el leninismo de Largo Caballero. Siguen en las sombras vigilando la decadencia de los socialistas que caminan hacia su extinción. Siempre ganan los peores, los que puede dedicar su tiempo al pasillo y a simular competencia y trabajo. Se necesitaría una alternativa de gobierno, la idea de una España de futuro, pero uno a uno han ido liquidando lo que tenía el país de un Estado de ciudadanos iguales ante leyes aplica-das por igual. Ya se atreven a hablar con toda impudicia de diferencias que deben reconocerse, como si ser ciudadano variará en el territorio, y los feudos pudieran votar su destino. Las regiones, las autonomías políticas, han acabado con un modelo de movilidad social hacia dentro y hacia fuera, y las élites locales que se oponen al desarrollo confiscan el excedente ciudadano para en-tregárselo a sus mafias, defendiendo los hechos diferenciales, para disfrutar en exclusiva de un patrimonio que creen tener por derecho propio. Es la escuela del pobre elevado a la condición de jerarca. Viene a nutrirse de la decadencia. Sanchez vampiriza al PSOE, Díaz pretende entregar a todos la Semana Santa y la Feria de Abril sevillanas, mas pan y circo, López, abriendo cuña quie-re que España sea un lugar propicio para ser una suerte de pais de cuponazos vascos.

Los barones del PSOE están en la residencia de la tercera edad, solo esperan que les administren el fármaco, nadie lee el prospecto, saben ya los efectos que tiene esa droga amarga que les con-duce a su muerte política. Sánchez, el Ángel exterminador ha vuelto para terminar el trabajo que había dejado a medias. Es un profesional, quiere rematar al moribundo, como Jack Kevorkian con su lema «Morir no es un crimen». Antes de administrarse, lea el prospecto.

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