Cristóbal Valladolid

La «gran lección de democracia» del PSOE

Un chiste malo

Con respecto a las primarias del PSOE vengo oyendo de la gestora y otros dirigentes del partido que han sido «una gran lección de democracia».

Veamos: si 180.000 afiliados (no voy a decir y «afiliadas» porque no escribo para tontos) deciden quién va a ser el candidato del PSOE, partido político, que en su peor momento, representó las ideas de más de 5.000.000 de españoles, ¿Qué clase de democracia es esa?.

¿Cómo es posible que llegadas las elecciones generales, quienes comulguen con las ideas del PSOE tengan que tragarse a un candidato elegido por un grupo de militantes o no votar?.

Se me puede contestar que otros partidos ni siquiera hacen primarias, y es verdad, a Rajoy lo nombro Aznar a dedo, y el PP no hace primarias, pero en realidad y como dicen los ingleses: «two wrongs don’t make a right», que en español significa que cuando dos lo hacen mal, ninguno de los dos lo hace bien.

Mientras los partidos políticos sean los únicos que puedan aportar candidatos a las elecciones, los asuntos relacionados con lo electoral tienen que ser públicos y no una cuestión restringida a unos militantes simplemente por pagar 5€ al mes y con descuentos.

Los partidos no son propiedad de los militantes, son propiedad de la sociedad española y juegan un papel marcado por la Constitución Española.

Por otra parte, la financiación de los partidos corre a cargo del Estado en más de un 80% de sus presupuestos, o sea, que todos los españoles pagamos nuestra cuota a los partidos, y por lo tanto, también tenemos derecho a elegir a los candidatos. No basta con que se nos deje ratificarlos.

Si quieren hacer primarias, tienen que estar abiertas a cualquier persona con derecho a voto que lo solicite. De lo contrario, las primarias, o las votaciones internas serán todo lo que se les quiera llamar menos «una gran lección de democracia».

Si los partidos quieren tener derecho a decidir en plan privado, ello solo podrá ser legítimo con dos condiciones:

1.- Que se modifique la Ley Electoral para que cualquiera pueda presentarse por libre, sin partido.
2.- Que los partidos se financien con su propio dinero, o sea, en el caso del PSOE, con los 5€ al mes que pagan sus afiliados, y si no basta, que suban la cuota hasta que baste.

Así podrán organizarse como les dé la gana, pero el dinero del Estado es de todos, y quien paga manda.

O debería.

No es broma

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