Luis Ventoso

Abominable: minetras predica en Harvard, publica manuales de bombas

Abominable: minetras predica en Harvard, publica manuales de bombas
Luis Ventoso, Director Adjunto ABC.

ES absolutamente imposible, porque los editores de los periódicos, sus directores y sus redactores observan universalmente unos principios éticos y deontológicos elementales.

Hay barbaridades que ni se permiten ni se plantean. Pero vamos a imaginar por un instante que los dos periódicos españoles más relevantes, ABC y «El País», de repente se vuelven locos y publican en sus webs un vídeo detallado sobre cómo fabricar bombas a mayor gloria del terrorismo islámico.

Sé que lo que planteo suena ridículo, por impensable; pero, ¿qué ocurriría si lo hiciesen? Pues la justicia actuaría y los periódicos serían denunciados y condenados, con toda la razón. Además se armaría una inmensa polvareda.

Esas cabeceras serían vituperadas en el gallinero de las redes sociales -y con lógica-, se propondrían boicots, ardería Troya entre los tertulianos y hasta nuestro moroso Gobierno anunciaría medidas para que no se pudiese repetir tal desafuero.

Pues bien, esta semana, en pleno dolor por el atentado de Mánchester, donde un fanático islamista con un artefacto casero masacró a 22 personas, la mayoría jóvenes y niños, las admiradas y amables empresas Google y Facebook, segunda y sexta del planeta, mantenían en sus plataformas vídeos y textos detallados sobre cómo fabricar bombas caseras.

«The Times» encontró en YouTube, cuyo dueño es Google, un vídeo de veinte minutos donde un yihadista instruye desde una cocina, como si se tratase de un inocuo programa culinario, sobre el modo de armar paso a paso un explosivo letal. Y es solo uno de muchos ejemplos.

Ha pasado desapercibido, pero lo contó ayer ABC. Tras detener a dos marroquíes que comenzaban a prepararse para atentar en España, el juez Andreu explica en su auto que una de las causas que lo llevó a actuar es que visitaban foros pro yihadistas en Facebook:

«En esas páginas se explicaban paso a paso cuáles eran los materiales y procedimientos que debían seguir para fabricar artefactos explosivos a partir de materiales usualmente localizables», relata el juez.

Mientras la gente lloraba y encendía velas en las vigilas de Mánchester, la prensa inglesa encontró en la simpática red social un manual de once mil palabras para fabricar bombas, que enseña al detalle cómo hacer el máximo daño.

Esta semana, Mark Zuckenberg, el fundador de Facebook, el primer editor del mundo (aunque no se reconoce como tal para no asumir responsabilidades), acudió a su antigua universidad, la reputada Harvard. Allí ofreció una lección magistral, aureolada por nobles principios. Zuckenberg, que empieza a gustarse como líder político, impartió moralina sobre el buen gobierno. Mientras él predica en Harvard, su empresa publica manuales de odio, sangre y muerte.

Sigamos jugando al «me gusta» y a los amigos virtuales. Disfrutemos con el gran hermano. Regalemos hasta el tuétano de nuestras intimidades para llenar el bolsillo del bueno de Mark. En cuanto los gobiernos: ¿A qué esperan para actuar contra esta abominación? La apología del terrorismo islámico campando con barra libre por las empresas más importantes de Occidente. Qué disparate.

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