Fermín Bocos

El PP y la corrupción

El PP y la corrupción
Fermín Bocos. PD

No efectuar mudanza en tiempos de tribulación fue una sabia recomendación ignaciana. Pero en nuestros días, con las ventanas catódicas abiertas de par en par y las redes sociales funcionando hasta el amanecer, no da el resultado de antaño. Los actuales dirigentes del PP deberían anotar el cambio.

La última encuesta del CIS revela que en solo un mes la preocupación de los españoles al respecto de la corrupción ¡se ha disparado 12 puntos! El 54% de los consultados consideran que la corrupción y el fraude son el segundo gran problema que tiene el país después del paro que lo es para el 71%.

La encuesta fue realizada durante los primeros días del mes de mayo, fechas en las que el encarcelamiento del ex presidente de la CAM Ignacio González y de su hermano Pablo, acusados de diversos delitos -el «caso Lezo»- ocupaba las portadas de los medios de comunicación.

Ninguna de las proclamas de probidad realizadas por los principales dirigentes del PP (desde Mariano Rajoy a María Dolores de Cospedal, pasando por Martínez Maíllo) han conseguido neutralizar la percepción -generalizada, según revelan las encuestas- de que éste partido está marcado por prácticas corruptas que vienen de años atrás y no fueron capaces de cortar a tiempo.

«Son casos aislados». El mantra cien veces repetido por los jóvenes dirigentes del PP de guardia en el matacán de Génova (Pablo Casado, Andrea Levy), no ha calado. Sólo los muy entregados a la causa se avienen a creer que nadie había advertido el lujoso tren de vida que llevaba Ignacio González, mano derecho de Esperanza Aguirre o que tampoco nadie había reparado en el tráfago de adquisición de inmuebles y otras propiedades en el que andaba metido Francisco Granados, ex secretario general del PP madrileño y mano izquierda de la ex presidenta de Madrid.

En el Gobierno confían en que la marcha enderezada de la economía sirva para tapar las consecuencias del rastro de corrupción que está dejando el partido. Tengo para mí que se equivocan. Y si Mariano Rajoy cree, como repite una y otra vez, que la clave de bóveda para revertir la mala imagen que tiene el PP (y de paso el Gobierno) es la mejora de la situación económica debería tomar nota de otro de los datos llamativos de la encuesta: según el CIS sólo un 5,4 opina que la situación económica es buena frente a un 94% que la considera muy mala, mala o regular. Ya se sabe que los hechos son tenaces.

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