Cayetano Gonzalez

Manos libres

Manos libres
Cayetano González. PD

Con su clara victoria hace menos de un mes en las primarias para elegir secretario general, y con la celebración del 39 Congreso Federal este pasado fin de semana en Madrid, donde Pedro Sánchez ha conformado una ejecutiva a su medida, nadie podrá dudar que se inicia una nueva etapa en el PSOE. Una etapa de la que se ha conocido su inicio pero cuyo fin es todavía muy incierto. Los asistentes al Congreso han proclamado que desde ya se pone rumbo a la Moncloa, una aspiración, la de llegar al poder, lógica y mucho más en un partido como el PSOE que ha gobernado veintiuno de los cuarenta años que tiene nuestra joven democracia.

Desde el mismo momento que anunció su candidatura a las primarias internas del partido, como a lo largo de la campaña electoral de estas, Sánchez no ha ocultado su intención: liderar a toda la izquierda para echar al PP del poder. El problema es que con los números actuales, la suma no da, y para que diera sería necesario que a ese bloque de izquierdas que conformarían PSOE y Podemos, se unieran los partidos independentistas catalanes -ERC y la antigua Convergencia- e incluso socios tan poco recomendables como Bildu. Ese va a ser el gran dilema de Sánchez en los próximos meses. Se le ve muy empecinado en sacar a Rajoy de la Moncloa, pero el precio para lograrlo, con la actual composición del Parlamento, puede ser muy alto y puede tener como efecto inmediato que el PSOE no recupere ninguno de los varios millones de votantes que le han ido abandonando desde el 2011.

El guiño que Sánchez ha hecho a los nacionalistas, aprobando en la ponencia política que ha salido adelante en el Congreso el carácter «plurinacional» de España, puede caer muy bien en un potencial electorado catalán, pero no así de Despeñaperros para abajo, o en las dos Castillas, pongo por caso. No da la impresión que el nuevo secretario general del PSOE quiere recuperar para su partido el espacio del centro-izquierda, también conocido como el de la socialdemocracia. Más bien todo indica que quiere llevarlo a una radicalidad dentro del campo de la izquierda para competir con Podemos. Sólo el tiempo certificará si esta estrategia es la acertada o si por el contrario, en próximas citas electorales -las autonómicas y municipales son en 2019 y las generales, Rajoy tiene la llave para marcar la fecha- el PSOE sigue sin recuperarse electoralmente. Lo que está claro es que Sánchez tiene absolutas manos libres dentro del partido para hacer lo que quiera, y ya ha empezado a ejercer ese poder. El problema es que los partidos son muy crueles y a día de hoy ya hay una amplia lista de socialistas «defenestrados» por Sánchez que le están esperando. También es cierto que hace sólo ocho meses le dieron por muerto, y ya se ha visto que resucitó como el ave fénix.

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