Alfonso Rojo

España buscando el ‘oremus’

España buscando el 'oremus'
Alfonso Rojo. PD

Hemos perdido el ‘oremus‘. Como país, como sociedad, como grupo civilizado, España va camino de la estulticia total.

Y lo más chusco no son esos consejeros de Comunidad Autónoma o alcaldes, que reescriben el lenguaje para no usar palabras como ‘padre’, ‘madre’ o ‘hijo’.

Lo tremendo son esos jueces que, además de permitirse la osadía de ‘legislar’ con sus autos apelando a la ‘voluntad del pueblo’, y un sistema que produce con regularidad sentencias desquiciadas. No hay criterio, ni proporcionalidad.

El pasado febrero, el TSJ de la Comunidad Valenciana condenó a 13 años de prisión a Correa, Crespo y El Bigotes, por el amaño de los contratos del pabellón valenciano en Fitur entre 2005 y 2009. En la sentencia de 558 páginas se dice que los cabecillas de la Gürtel facturaron a la Administración Pública 1.772.636,08 euros, lo que les reportó «un beneficio ilegal de 523.906 €».

No hubo político o periodista que no aplaudiera la draconiana pena que se impuso a los caraduras, pero vamos a comparar.

El pasado 6 de junio, la Audiencia de Málaga condenó a siete años de prisión a un turista de nacionalidad lituana por asesinar a su esposa, a la que estranguló en un hotel de Ronda. La víctima, que había pimplado lo suyo con el homicida, dejó tres huérfanos.

Este 21 de junio, la Audiencia Provincial de Zaragoza absolvió a Mercedes G. S. del delito de asesinato en grado de tentativa y la castigó con una multa de 720 euros, estimando que la mujer, acusada de intentar estrangular al bebé al que tenía a su cuidado, «se arrepintió y no consumó el crimen» al ver que la criatura estaba morada y ya no respiraba.

A la paisana, también se le impone orden de alejamiento: durante tres años tiene prohibido acercarse al bebé o a su familia. Podrá, eso si, seguir trabajando como niñera o cuidadora en otros domicilios.

El fallo tiene antecedentes. En 2003, la Audiencia Provincial de Madrid condenó a un año y seis meses de cárcel a Cinthia Wendy C. E, niñera de origen boliviano, quien para acabar con los llantos de la pequeña de 21 meses a la que cuidaba, puso una almohada sobre su cara y apretó hasta que se calló. Valoraron los magistrados que no hubiera consumado el crimen, porque dio marcha atrás en el último segundo, a pesar de lo cual tuvo que pagar 3.000 de indemnización a los padres de la criatura.

Miren, comparen y si son capaces de descubrir alguna lógica en la serie que acabo de enumerar, mándeme Whatsapp.

ALFONSO ROJO

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