Javier Galué

¡Adiós a la Democracia! Hola a la Era del Liderazgo Social

¡Adiós a la Democracia! Hola a la Era del Liderazgo Social
Javier Galué. Consultor en comunicación y estrategia política.

La democracia tal cual la conocemos muestra signos de fatiga constantes. Ya no hay credibilidad en las instituciones, los líderes políticos suelen ser frágiles y dependientes de los medios de comunicación y redes sociales, los simpatizantes son considerados ahora seguidores o incluso clientes de los partidos políticos a los que «venderles» lo que quieren escuchar, la desafección de los ciudadanos a la política cada vez es mayor, las elecciones suelen ser para sacar al político previamente electo para sacar a su antecesor, etc.

No cabe la menor duda de que a nivel mundial el sistema democrático que hemos conocido hasta ahora hace aguas y según lo que veo en el futuro, posiblemente en el corto/mediano plazo, ya no sirva como respuesta a lo que los ciudadanos esperan de sus representantes y del contrato social que es determinante en nuestras sociedades.

Pero es evidente que la sociedad está cambiando y la velocidad de ese cambio es cada vez mayor. Las personas quieren resultados inmediatos, efectivos, que se les escuche, que se les atienda, que sean el centro de todas las decisiones y estrategias, etc., y lamentablemente nada de eso ocurre en ningún país. Las consecuencias de todo ello son impredecibles, pero las estamos viendo: el surgimiento de populismos, la posverdad como medio para ganar elecciones, el predominio de la superficialidad informativa, el desencanto de los ciudadanos, las instituciones desacreditadas, las leyes obsoletas, etc., con un sistema social organizado que avanza mucho más lento que lo que avanzan los ciudadanos.

Todos estos procesos que se aceleran en velocidad de cambio me llevan a pensar que en muy poco tiempo la democracia dejará de ser un sistema que responda a las necesidades y expectativas de los ciudadanos y tenemos que buscar desde ya mismo alternativas o una evolución radical de lo que conocemos como democracia.

Dentro de todos estos cambios que estamos observando está comenzando a estudiarse un tipo de liderazgo que siempre ha existido pero que era opacado por el liderazgo formal (el de toda la vida, el jefe, el líder que se impone, el que da órdenes, el que nombran en un cargo y por eso es el jefe, el de más antigüedad, etc.) y es el LIDERAZGO SOCIAL.

Suele confundirse con un liderazgo dentro de las ONG o un liderazgo dentro de organizaciones vecinales, etc., pero ese concepto ha sido ampliado hace tiempo y una gran mayoría de los que estudiamos a fondo el liderazgo en todas sus tipologías consideramos que el liderazgo social es un fenómeno que está sustituyendo al liderazgo formal (impuesto).

El liderazgo social no es impuesto o determinado por el dinero, el cargo, la antigüedad o la experiencia. El liderazgo social es dado por las otras personas, hay que ganárselo y solo los seguidores pueden otorgarlo o quitarlo. El liderazgo social está comenzando a sustituir al liderazgo formal en las empresas, en los partidos políticos, en las comunidades, en las organizaciones, etc. Los líderes sociales son personas que ayudan a las demás a desarrollar todo su potencial, amplían su visión sobre la realidad y muestran el significado real de su rol como ciudadanos. El líder social inspira a los demás en base a valores positivos como la nobleza, la honestidad, la solidaridad y la sensibilidad (y no lo contrario que es lo que solemos ver con liderazgos basados en el desconocimiento de los adversarios, en la deslegitimación constante de los otros y de las instituciones, en el intento de destruir o desvirtuar a todos los que se opongan a sus objetivos, etc.).

El liderazgo social suena utópico pero no lo es. Estoy hablando de un fenómeno totalmente real y actual, que sucede todos los días a nuestro alrededor y cada vez con más fuerza. Los valores sociales cambian, los paradigmas que teníamos ya no lo son tanto. Vemos a Youtubers que hace muy pocos años eran personas desconocidas y totalmente «normales» con millones de seguidores, capaces de formar opinión y ser impresionantemente influyentes en la manera de pensar y de ver la realidad de sus seguidores. Vemos a un médico en Granada (España) «Spiriman» que movido por su indignación personal ha podido concentrar a cientos de miles de personas en las calles para pedir una mejor sanidad en Andalucía, etc. Líderes que surgen del anonimato, sin ninguna plataforma poderosa que los apoye y les dé el impulso necesario que muchas veces no buscan, solo le es otorgado por sus seguidores que se sienten identificados y movidos por sus objetivos, aspiraciones, su forma de comunicar y su reputación.

La democratización de la publicación a través de la tecnología ha sido otro elemento determinante en acelerar este proceso ya que ahora cualquier persona solo con un móvil o un ordenador puede influir a millones y eso cambia y va a cambiar más aún de manera radical el liderazgo y también la política en nuestras sociedades. Y esto no tiene límites ni se enmarca solo en sociedades occidentales o democráticas. Es un proceso global y ya no hay nadie que lo detenga.

Yo vengo estudiando estos procesos desde hace años y recientemente es que se comienzan a identificar los efectos en nuestras sociedades debido al incremento en la velocidad que se están produciendo estos cambios, o mejor dicho, la evolución.

Los líderes «clásicos» (políticos, jefes y directivos de empresas, etc.) por lo general sienten que algo pasa, sienten que muchas cosas están cambiando a su alrededor en este sentido pero muy pocos están realmente acertando en el diagnóstico y menos aún en establecer las estrategias adecuadas para desarrollarse y evolucionar dentro de este fenómeno, que puede ser muy positivo o puede hacer desmoronar organizaciones con decenas y cientos de años de funcionamiento en pocos meses. No son pocas las empresas y organizaciones que se han caído como un castillo de naipes luego de cientos de años de trayectoria exitosa. Actualmente la mayoría de las empresas mas relevantes y las de mayor crecimiento han sido creadas hace no más de 20 años (Google, Amazon, Microsoft, Facebook, etc.) y ese proceso va en aumento.

El liderazgo, y más aún, el liderazgo social, es algo que está determinando el mundo conocido a nivel global, a nivel nacional, a nivel regional, a nivel local e incluso dentro de las empresas, dentro de los pequeños negocios y hasta dentro de las familias. El formato de familia conocido anteriormente y su liderazgo ha cambiado de manera importante y el rol de cada miembro de la familia ya no se basa solo en el puesto que ocupa dentro del núcleo familiar sino de acuerdo a muchas otras variables.

El liderazgo social está comenzando a ser decisivo en la productividad de las empresas, en el buen estado de las relaciones familiares y pasa a ser TOTALMENTE determinante dentro y fuera de las organizaciones políticas. Los votos ya no van a ser suficientes para obtener legitimidad. La legitimidad vendrá dada por los ciudadanos de acuerdo al comportamiento y las acciones diarias de los líderes, no de los jefes de los partidos políticos, y dentro de muy poco ocurrirá un cambio radical dentro de los sistemas políticos que regirán a nuestros países. Tiempo al tiempo…

Hay riesgos y hay amenazas, pero también hay oportunidades y potencialidades que podrán aprovechar las personas que quieran ser líderes en sus organizaciones o en las sociedades actuales y futuras.

Mientras antes estén conscientes (sobre todo los políticos) de que es algo imparable que les va a pasar por encima, antes podrán montarse en esa ola o quedar fuera de ella.

Sigo investigando y ayudando a mis clientes a entender y gestionar mejor el cambio al liderazgo social en sus organizaciones. Os seguiré informando…

Javier Galué
Consultor y profesor de Liderazgo Social y Comunicación Estratégica.
IE University, Madrid, España.

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