Jordi Rosiñol Lorenzo

Las urnas esperan en Andorra

Las urnas esperan en Andorra
Jordi Rosiñol Lorenzo. PD

Contundente, inflexible el Gobierno del Estado español, no permite desafíos que pongan en riesgo la integridad territorial, ni mucho menos la igualdad derechos y las libertades de todos los ciudadanos independientemente del territorio donde vivan. Y no se vayan a creer que son palabras huecas, no.

El gobierno con el presidente a la cabeza y tras ella Moragas susurra al oído la estrategia a seguir. Como decíamos tienen un plan rotundo que va hacer temblar a Puigdemont y a sus acólitos, tal es la dureza de la hoja de ruta cocinada en el opaco puchero presidencial, que el mundo entero en vilo nos observa asombrados de tal dureza.

¡Se lo han buscado! resuenan una y otra vez las voces de las cloacas estatales, Van a utilizar la misma olla requemada con la que se guisó la vergonzante bajada de pantalones ante las organizaciones políticas Abertzales y la traición a las víctimas de ETA.

Ahora no les puede temblar la mano, si los independentistas disfrazados de sentido común autonomista hubieran seguido ejerciendo como hacían las funciones públicas en una independencia de facto, pero sin hacer ruidos, en silencio y bien financiados por el estado, una realidad vivida durante décadas, no hubiéramos tenido que intervenir, hubiéramos seguido mirando hacia otro lado.

Pero morder la mano que te da de comer es «imperdonable». Y los sádicos mecanismos ya están en marcha, primero impedir que puedan comprar las urnas, claro si no hay urnas los sobres caerán resbalando por la mesa y eso no queda serio, el siguiente paso prohibir el acceso de la Generalitat al tóner de tinta, si no hay impresión de papeletas no pasarán del voto en blanco, y así todo un decálogo de firmes medidas.

En algunos desayunos almidonados, el pasteleo entre el poder económico y político los dulcifica, y en voz baja ya hablan de la palabra «plurinacional» y no les suena tan mal, quizás si estiramos un poco de aquí y otro poco de allá encontramos una solución.

Un desenlace que beneficie a los amigos del «parquet bursátil» y así puedan seguir trabajando en calma y sin sobresaltos políticos. Que más les dará a ellos los derechos, ni las libertades ni la democracia de los 37 millones de consumidores.

Mariano, si a ellos que son los que mandan no les importa, porque nos va a importar a nosotros le repetía Rafael mientras juguetea sonriente con los dedos en la larga y ensortijada melena, presidente no te encabezones que hay que ir con los tiempos, que a la larga siempre vamos a ganar los mismos, tenemos que adaptarnos, sin complejos. Ya lo decía Groucho Marx «estos son mis principios si no les gustan tengo otros».

Y por las urnas que no se preocupen, que mientras buscamos una distracción nacional y miramos hacia otro lado, pueden ir a Andorra, allí las pueden comprar por decenas. El catalanismo siempre ha sido un buen cliente de el país de los Pirineos, y seguro que la familia Pujol conoce a un proveedor que se las suministre y le facture como siempre a Madrid.

Jordi Rosiñol Lorenzo.

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