España, además de ser una nación antigua y centenaria, es un país pintoresco, lo que no nos debe conducir a nosotros, los españoles, a tener delirios irracionales que puedan convertirnos en estúpidos patriotas de orgullo fanfarrón que al mismo tiempo nos hace autoflagearnos.
Como consecuencia, no somos un pueblo de emperadores, ni de filósofos, ni de buscadores, sino formamos parte de una sólida realidad en el concierto internacional de las naciones.
Ahora, Felipe VI viaja a Londres con su armada empresarial; sin duda alguna, los grandes grupos españoles marcan ya la diferencia. Hemos cambiado. Los tiempos son distintos. La clara supremacía del Reino Unido en los años ochenta ha sido sustituida por un establishment productivo que nos permite hablar y negociar de tú a tú con los ingleses, pues no solo se ha potenciado extraordinariamente el comercio bilateral entre ambos países sino también se ha consolidado la inversión española en la isla, logrando así cuajar una prosperidad común, demostrando el peso de España en la economía británica.
Las negociaciones del Brexit , no hay que olvidarlo, siempre van a estar atenazadas por el escollo de que ha sido el Reino Unido el país que ha roto unilateralmente con la UE. Por eso, las negociaciones no van a ser ni duras ni blandas, ni rígidas, sino las que son y que se han de forjar con rigor.
Si Don Juan Carlos en 1986 pasó de puntillas las tensiones de Gibraltar, Don Felipe no debe ni siquiera mencionar a la Roca ni en su discurso en el Parlamento ni en la cena de gala de Buckingham Palace. Corresponde exclusivamente a nuestro Gobierno tratar en su momento la futura relación con Gibraltar.
Si queremos que la visita de Estado sea efectiva, España debe tener como objetivo fomentar la inversión, el comercio, el desarrollo de las relaciones bilaterales y la situación de los más de 300.000 españoles que se encuentran en suelo británico, teniendo en cuenta siempre la astucia de la diplomacia inglesa para vendernos una moto que ellos mismos la necesitan más que nosotros, no en vano Londres busca aliados en la encrucijada de su divorcio unilateral que solo el tiempo nos dirá el acierto de su decisión. Por ahora, ha creado la incertidumbre.
Mientras tanto, siempre nos quedará en tierras británicas el tenis de Nadal y el triunfo del algecireño Javier Cervera como Campeón del Mundo y de Europa por equipos en la disciplina hípica de Raid, entre otras muchas cosas.
