Continúa el goteo de abandonos en el gobierno catalán ante la deriva radical. La noche de este 20 de julio de 2017 trascendió la dimisión de la número dos del departamento de Enseñanza, María Jesús Mier, que será sustituida en la secretaría general por Lluís Baulenas, hasta ahora director general de Centros Públicos.
Mier había ocupado el puesto desde que se hizo cargo de la consejería Irene Rigau, inhabilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a causa del referéndum del 9-N.
La penúltima consejera, Meritxell Ruiz, la mantuvo pero la entrada de Ponsatí ha puesto fin a la trayectoria de Mier, a la que se acusaba de tener «buenas relaciones» con altos cargos del Ministerio de Cultura.
La caída del consejero de Empresa y Conocimiento Jordi Baiget por dudar de la celebración del próximo referéndum y alertar de los perjuicios patrimoniales que podrían sufrir los miembros del Govern.
Cuatro días después, Puigdemont y Junqueras acometían una remodelación que se llevó por delante a la consejera de Presidencia y portavoz, Neus Munté; a la de Enseñanza, Meritxell Ruiz, y al de Interior, Jordi Jané. El siguiente en caer fue el director general de los Mossos, Albert Batlle.
Los sustitutos, Jordi Turull (Presidencia), Joaquim Forn (Interior), Clara Ponsatí (Enseñanza) y Pere Soler (Mossos) han dado sobradas muestras de radicalidad en los pocos días que llevan en el cargo.
