Juan Pérez de Mungía

Estado Multiétnico

Estado Multiétnico
Pedro Sánchez en campaña electoral con la bandera de España en 2016 y un montaje con la estelada de fondo.

En inglés, mamá y momia suenan igual. Margaret Thatcher jugó con las palabras cuando dijo de sí misma «The mommy returns». Pedro Sánchez ha vuelto como mamá y como momia. El eterno candidato sólo piensa en oponerse, nunca en gobernar. Lo escribe el exprimer ministro Matteo Renzi en su libro «Avanti». Su discurso político es diletante y nominalista, con una apariencia de contenido, hueco. Le preocupa la forma del Estado, y no el contenido. La reina de corazones es un problema para el PSOE, no para los españoles que han visto como por el arte de los militantes a sueldo han venido a prescindir de su futuro. Los españoles volverán a pasarle factura en las ur-nas.

Al Estado español le sobra representación política, le sobra territorialidad, le sobran singularidad y hechos diferenciales. La dificultad para disponer de una politica eficiente y una economía mas eficiente es inversamente proporcional al número de representantes políticos. ¿Alguien en su sano juicio puede entender la existencia de 17 parlamentos regionales para un estado que ocupa la superficie de dos estados de EEUU? ¿Quién defiende la existencia de un político por cada 115 habitantes?. ¿Quien puede avalar semejante despilfarro?

Los territorios no son entes racionales independientes, no piensan por sí mismos, no son huma-nos, son solo tierra. La comunidad vasca desea integrar Álava para convertirse en nación, Cata-luña indica que Valencia y Baleares son parte integrante de su territorio para ser además de na-ción, Estado y para dar una solución a un problema inventado. Siguiendo a Groucho Marx, debe-ría cambiarse la denominación de Comunidad Autónoma y llamarle Estado, que es como se lla-man en EEUU las comunidades que no pueden independizarse, inmensamente mas ricas porque no pueden hacerlo.

Rihonor de Castilla y Rio de Onor, localidades separadas por la frontera imaginaria que separa España de Portugal representa mejor el dilema ¿Es más singular la parte portuguesa que la parte española?. A la frontera portuguesa se la denomina «La Raya» y la cadena que dividía el pueblo entre dos Estados fué cortada hace ya un lustro precisamente porque la osmosis biológica no era coherente con la división geopolítica.

Plurinacional es un término equívoco, no menos que Multinacional que además añade ambigüe-dad societaria al territorio, Pluriestado es un título complejo para referirse a un país y Multiestado igualmente, no digamos ya, multiétnico, nombre que deja traslucir un sentimiento xenófobo, por no hablar de nombres sacados de la chistera. Pluriraza y Multiraza podrían ser más apropiados para este tipo de simuladores. Sin lugar a dudas, Pluripais, es un término «kitsch» y Multipais pa-rece una aberración semántica cuando en realidad en España existen el País Vasco y el País Va-lenciano, algo a lo que aspiran los catalanes con su denominación de Paises Catalanes.

La discusión nacionalista, el cambio del articulo 2 de la Constitución o la aplicación del 155 pier-de hierro si la crisis política se enfoca como un problema nominalista. Este es el discurso del líder del PSOE, Pedro Sánchez y su actitud reducionista y simple busca dar una solución terminológi-ca sin lógica alguna. Para el nominalista la lógica puede ignorarse. Todos los cambios de Zapate-ro si se descuenta la de profundizar la crisis, fue el matrimonio homosexual. Puro nominalismo. El cambio constitucional recuerda el brillante diálogo de besugos del filme «Una noche en la ópera». Las cláusulas del contrato, en este caso el contrato constitucional, van arráncandose porque to-das parecen indicar lo mismo para resolverse en un apretón de manos para el desamparo de los tertulianos. Si no fuera porque existen algunas personas que le dan crédito la situación sería hila-rante porque así se comporta nuestra momia particular. Persiste en el tiempo, ajeno a la realidad social y política.

La unidad de la nación depende de la solidaridad de todos no de su insolidaridad. Si este fuera el modo de proceder, Cataluña habría sido subastada en el mercado bancario europeo porque el rescate económico lo han hecho todos los españoles en su conjunto y no precisamente porque el resto de España no necesitara ayuda sino porque existe una razón económica basada en la po-blación como un conjunto que produce riqueza. La India es tremendamente pobre y está llamada a ser una de las primeras economías del mundo, son sus 1200 millones de pobres los que, todos sumados, suman una riqueza inmensa. Esta es la paradoja. Mientras 7 millones de catalanes no pueden salir de su crisis por sus propios medios, es el propio Estado español en su conjunto el que tendrá que ayudar a Cataluña hasta el año 2026 para salir de la situación económica en la que se encuentra y, esto, incluso, lo reconoce el mayor vende patrias catalán, Oriol Junqueras, el fabulador.

El Estado y sus representantes políticos juegan con los cañones económicos para bombardear el estado del bienestar, el desarrollo económico y el futuro de la nación solo por plantear cualquier medida que pueda suponer la segregación territorial. Menudo disparate. ¿Que pasaria, por ejem-plo, con todas las propiedades de los catalanes fuera de su territorio y viceversa del resto de es-pañoles dentro del territorio catalán?. Se ha planteado el tema de las pensiones y se indica que la Unión Europea quiere garantizarlas independientetemente de donde se viva en la propia Unión, pero en caso de secesión, Cataluña quedaría excluída de la Unión Europea, no así el resto de Es-paña, que podría acordar, vetar o proponer medidas no ventajosas para aquellos que han defen-dido la insolidaridad. Y eso sin contar con el veto de otros Estados europeos que temen la sece-sión de parte de su territorio. La realidad supera la ficción.

La discusión no es nominalista, el problema es lo suficientemente importante como para que el Gobierno, el mismo al que acusan de no hacer nada, se lo tome con parsimonia; no se puede re-ventar un Estado improvisando soluciones absurdas de quien consta no tiene ni la preparación adecuada ni el sentido común que se demanda en una situación politica donde algunos politicos buscan torpedear la paz social y económica en la que vivimos.

Puigdemont, Junqueras, Pedro Sánchez, Miquel Iceta, Pablo Iglesias, Ada Colau, entre otros, son miembros de una misma ideología, la casta nacionalista y ya se sabe, los nacionalismos euro-peos siempre alimentaron los regímenes autoritarios y las guerras fronterizas. Después del día 1 de Octubre está el día 2. Estemos tranquilos porque la ley es inexorable. La justicia es fácil, lo justo es lo complicado.

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