Santiago López Castillo

El paseíllo

El paseíllo
Santiago López Castillo. PD

Mira que me jode usar un vocablo taurino arrastrándolo por el albero. Pero estos chuiquilicuatres nos han traído tanta regeneración basura que uno no puede sustraerse a la inmundicia parlamentaria. Primero fue la defecación en la Puerta del Sol, luego el Rodea el Congreso y ahora, Rodea la Audiencia Nacional. Está claro que hoy en día o eres rojo, maricón o lesbiana o no te comes un colín. De nada vale que la espiche Barberá, Blesa o cualquier ciudadano vertebrado hacia la derecha. Los «demócratas» del Coleta están al sainete, o sea, a la bufonada, imputan, juzgan y ejecutan. Mientras tanto, los jueces, oh, puñetas, muestran el pulgar según sea el grado de afinidad política que tengan con el pollo pera en cuestión. Si es señorito, de culo; si es socialdemócrata, dulcificadora palabra para no llamar socialista a los marxistas-leninistas, la paz sea contigo.

Es que a la Audiencia acudía Rajoy…

– ¡Joder, qué cabrón! ¡Algo habrá hecho!
– La corrupción, carallo…

Así que hasta allí fueron los cabestros adocenados por el PSOE, partido que pide pluralidad para sus enemigos pero no para él. Y tiene llenos sus cuadros de jueces y abogados como esa asociación filo-socialista llamada Adade impulsada por Benítez de Lugo, uno de los apellidos más nobiliarios de la titulación patria y se mofaban de Esperanza Aguirre, condesa consorte de Bornos y de Murillo. Si fue a declarar a pata, porque declaró a pata; si expuso lo que expuso, falso; que repita hasta que sea coincidente con el puño y la rosa, la formación más corrupta de la democracia, con ministros en la trena, magnánimos en comparación con los -presuntos- trincones de los Eres de Andalucía. ¿Y por qué se silencia la tarjeta black de Pedro Sánchez, el vanidoso de la planta de caballeros de El Corte Inglés…? Porque manda la cuatro, la cinco, la sexta, mambo.

No les ha salido bien la jugada. Concluido el testimonio del presidente del Gobierno, ya estaban al acecho los pedradores Pedro y Pablo, uno, en traje de Armany y el otro, en coleta jaezada para la Feria de Sevilla. Que vuelva ante la Justicia.

– ¿Quién, Mariano?
– ¿Quién si no…?

Resultaba hermoso contemplar a los agitadores a la entrada de la Audiencia Nacional igualitos a los tifossi de la Liga italiana. Lo de «hijo puta» y algunas pancartas me recordaban al orgullo gay. ¡Panda de maricones!

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